“Paralizada” la urbanización de restos en la calle Cataluña

Hay una nueva denuncia por evacuación de aguas pluviales “sin autorización”

20 abr 2016 / 13:46 H.

Solo queda “echar tierra encima, derribar el muro trasero, levantar la valla delantera” que da a la calle Cataluña y ajardinar. Pero los trabajos que promovía la comunidad de propietarios Bulevar Jardín para convertir lo que, durante una década, fue un “basurero” en un espacio verde habilitado sobre restos arqueológicos “del yacimiento de Marroquíes Bajos”, se paralizaron antes de que terminara el mes de marzo. “Han parado espontáneamente sin que autoridad alguna haya ordenado medida cautelar”, informó Juan Manuel Molina Valdés. Este hombre, investigador operativo y afectado por las obras, como “lindero”, es la persona que ha elevado a los tribunales la urbanización —en su opinión— “interesada” de unos vestigios arqueológicos que fue impulsada por la comunidad de propietarios “sin que los vecinos fueran fehacientemente informados —algo que su presidente negó a este periódico— y sin que se les permitiera acceder a la documentación”, a lo que se suma una cesión del solar que podría ser dictada como nula por el juez, puesto que una de las tres constructoras de la urbanización —Urbainsa, Hierros Serrano Gámez y Noriega— “está en concurso de acreedores”.

“La paralización coincide con una nueva denuncia en el Ayuntamiento por obra de evacuación de aguas pluviales y freáticas a través de los desagües del bloque y cocheras adyacentes y una toma de energía del mismo bloque sin autorización expresa de los copropietarios afectados”, indicó Molina Valdés en un comunicado remitido a esta Redacción. En él, apuntó que las denuncias han sido redirigidas por la Policía Local a los organismos técnicos del Ayuntamiento, aunque confiesa que, “en estos cuatro meses desde el inicio de urbanización de un bien arqueológico protegido”, nadie de la entidad local se ha puesto en contacto con él. Además, recuerda —como ya publicó este periódico en su día— que la obra ha contado con todos los parabienes del Ayuntamiento y también de la Junta de Andalucía. En su momento, el presidente del residencial, José Sánchez, hizo hincapié en que el proyecto tenía dos autorizaciones de la Consejería: una dada directamente por la Delegación Provincial y otra llegada desde Sevilla. A ello se añadía la licencia de obras municipal.

Aseguraba: “A excepción de dos vecinos, hay unanimidad por parte del resto (192 más) para hacer las obras”. Y garantizaba que “no perjudicarían” a los vestigios hallados en el solar. Explicó a este periódico que el proyecto, “visado por la Junta y el Ayuntamiento”, consistía en la limpieza del solar y de los restos y en su posterior “protección con una malla geotextil, piedra picada y tierra”. Después, la parcela se incorporará al residencial como jardín para “plantar especies que no tengan raíces profundas, como rosales o césped, para no perjudicar a los restos”.

Sin embargo, las reiteradas denuncias que ha realizado Molina Valdés, que han llegado incluso al Defensor del Pueblo Andaluz, que ha abierto expediente informativo, y que se encuentran en el Juzgado de lo Penal han surtido su efecto —en opinión del denunciante—, y las obras se han paralizado.