Puigdemont se someterá a una moción de confianza

“Fracaso” en la tramitación de los presupuestos de la Generalitat de este año

09 jun 2016 / 11:17 H.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, anunció que se someterá a una moción de confianza “pasado agosto” al haber fracasado la tramitación de los Presupuestos de la Generalitat previstos para este año.

En una intervención ante el pleno de la Cámara después de votarse el proyecto de cuentas, constató que ya no tiene “la misma mayoría” que le aupó a la Presidencia de la Generalitat, y con la moción quiere ver si logra una ventaja para seguir con la legislatura o debe convocar elecciones.

Puigdemont se mostró muy crítico con el rechazo de la CUP a los presupuestos: “Han decepcionado las esperanzas de millones de personas que se han movilizado todos estos años para que Catalunya sea un Estado”.

Para él, una vez constatado que los presupuestos no cuentan con el apoyo de la Cámara, no está dispuesto “a cualquier cosa a cualquier precio” para continuar en el Gobierno. Ese es el motivo por el que ha invocado este mecanismo parlamentario para renovar la confianza de la Cámara.

Además, recalcó que ni se le ha pasado por la cabeza renunciar a su principal misión en esta legislatura, que es la de llevar a Catalunya “a las puertas de la independencia”. Y precisamente por ese motivo, anunció, seguirá trabajando en los próximos meses.

Al no renunciar al proceso soberanista se da la paradoja de que, para superar Puigdemont esta moción, la CUP es el único grupo de la oposición que comparte el objetivo de declarar la independencia y que, por tanto, le puede renovar su confianza.

Si Puigdemont lo consigue, la legislatura seguirá con el mismo plan: dejar Catalunya a las puertas de su independencia en un periodo aproximado de unos dieciocho meses desde que se celebraron las elecciones de septiembre de 2015; si no lo consigue, “se desencadenará el proceso para convocar nuevos comicios”.

Puigdemont hizo una intervención plagada de reproches a los anticapitalistas, a los que acusó de imponer sus criterios en el proceso soberanista con diez diputados, mientras que JxSí —el otro grupo soberanista de la Cámara— tiene 62: “No hay proporción, ni lógica ni lealtad”.

El presidente recordó que JxSí hizo el “sacrificio” de retirar a Artur Mas como candidato para que la CUP avalara el inicio de legislatura, y lamentó que, como contrapartida, el pasado miércoles los anticapitalistas no fueran capaces de retirar una enmienda a la totalidad a las cuentas.

El presidente de la Generalitat considera que la renuncia de Mas fue inédita y noble, pero criticó que la CUP ahora no compense esa decisión y prefiera aliarse con los grupos no soberanistas para rechazar las cuentas.

Incluso leyó el punto clave del acuerdo de estabilidad, que recogía que la CUP se compromete “a no votar en ningún caso en el mismo sentido que los grupos contrarios al proceso y/o al derecho a decidir cuando esté en riego” la estabilidad del Govern.

“Sin estabilidad no se puede gobernar”, admitió Puigdemont, que plantea la puesta en marcha de una moción de confianza como otra encrucijada en el proceso soberanista: o la Cámara le renueva el mandato para continuar adelante —con los votos indispensables de la CUP— o con toda probabilidad convocaría unas elecciones, que pondrían en riesgo la actual mayoría soberanista del Parlamento de Cataluña.