Retrasos en la recolección

La campaña de España será insuficiente para compensar la bajada a nivel mundial

26 dic 2018 / 09:46 H.

El verano retrasó la maduración de la aceituna y un otoño con más lluvias de las esperadas son el resultado de que la recolección de las mismas se haya retrasado, de manera que todo el proceso también lo ha hecho, y la molturación y los nuevos aceites tendrán, por tanto, también retrasos. De hecho, según se expuso en la XXVI Jornada de Olivar, organizada por Asaja, se remarcó que la campaña olivarera viene marcada por un notable retraso y una importante reducción del rendimiento graso de la aceituna que, por término medio, es inferior, en un 2 por ciento, al que se obtuvo en la pasada campaña.

Dentro del encuentro se analizó la presente campaña y la situación del mercado en el ámbito internacional. Se puso de manifiesto que, tras los dos primeros meses del inicio oficial de la recolección de la aceituna de molino, queda aún por molturar el 95,4% de toda la cosecha. El jefe del Servicio de Estudios de la Consejería de Agricultura, Juan Bascón, apuntó que, a día 1 de diciembre, transcurridos dos meses del inicio oficial de la campaña, solo se habían obtenido 61.755 toneladas de aceite de oliva en España. Esto supone un 4,6% de la producción prevista por el Ministerio de Agricultura —la cual está en 1.598.900 toneladas—. Este total, en caso de que las previsiones se cumplan, será un 27% superior a la recogida en la pasada campaña, pero señalan que resultará insuficiente para compensar la caída de producción que experimentará el resto de países productores. Jaime Lillo, director adjunto del Consejo Oleícola Internacional (COI) destacó también que la producción mundial de aceite de oliva se situará en torno a los 3.131.000 toneladas, que supondrá una bajada del 5,5% con respecto a la campaña 2017/2018, como consecuencia de caída en producción que se produjo en países productores como Italia, Grecia, Túnez, Turquía o Portugal. “España producirá en esta campaña el 50 por ciento de todo el aceite de oliva que se obtenga en el mundo”, destacó el responsable del COI.

Además, este dato le sirvió para refutar que España está consiguiendo el liderazgo como productor con respecto al aceite de oliva y que se traslada hasta otros mercados, puesto que ya es el principal abastecedor de Estados Unidos —cabe destacar que es el principal importador de este producto en el mundo y que, solamente el año pasado, demandó 322.000 toneladas en la pasada campaña—, de China y de Japón. Sin embargo, a pesar de el buen momento que vive España como exportador de aceite y de la previsible buena cosecha que se espera, eso no será suficiente para satisfacer las necesidades del mercado debido a la bajada en el resto del sector en el ámbito mundial. Una situación que en estos momentos deja varias incógnitas y que es, en parte, motivo de preocupación en varios países productores.

Pero no solo se habló en esta reunión acerca de la presente campaña y de los posibles resultados que la misma va a tener. Tanto el director adjunto del Consejo Oleícola Internacional, como el secretario general de Agricultura señalaron que las tendencias de consumo están cambiando a nivel mundial. Y es que en los últimos años, la demanda crece en los nuevos países consumidores, mientras que se estanca o decrece entre los clientes habituales y, según apuntaron, la tendencia parece indicar que es algo que va a seguir continuando durante los próximos años sin previsiones de que vaya a cambiar. Por este motivo, Jaime Lillo, incidió en que era necesario hacer las cosas bien para que los nuevos consumidores mantengan la confianza en el aceite de oliva que se produce en España, destacando, además, que es el país que copa el 37% de todas las exportaciones mundiales, seguido de Italia con el 26%, Túnez que tiene el 12% y Turquía con un 6%.

En la reunión se destacó que este último punto es de especial relevancia, ya que España cuenta con un línea de partida muy importante y que es necesario que la fuerza del país, como potencia productora de aceite de oliva, tiene que mantenerse y potenciarse, sobre todo, teniendo en cuenta la bajada que el resto de productores están sufriendo durante este año y que podría suponer una gran oportunidad para que la calidad y expansión del producto crezca.