Toñi Ronquillo deja bien alto el listón de la copla jiennense

La bailenense quedó finalista del programa que Canal Sur dedica a la tonadilla

15 feb 2019 / 13:24 H.

La última edición de “Original y Copla”, el espacio semanal de Canal Sur Televisión en el que el protagonismo recae, completamente, sobre el género de la canción española, condujo hasta el “podio” a la tonadillera bailenense Toñi Ronquillo, que se coronó finalista del programa. La cantante, que llegó a la gran final avalada por su calidad y por una puntuación ganada a pulso y a base de entrega, dejó el mejor de los sabores de boca ante el público y los telespectadores con la interpretación de un clásico de la copla, “Las campanas de Linares”, tema que, en su día, convirtió en un gran éxito el salmantino Rafael Farina y que rinde homenaje al califa cordobés Manolete, muerto por el toro Islero, de Miura, en el coso de Santa Margarita de la Ciudad de las Minas.

Por su parte, Cintia Merino, otra de las tres finalistas de esta edición, escogió el “Romance de Juan de Osuna”, composición de Quintero, León y Quiroga que elevó a los altares de la copla el legendario Manolo Caracol. Inmaculada Paniagua, que completaba la terna, optó por “Será una rosa”, un exitazo de Gracia Montes que, finalmente, llevó a Paniagua hasta lo más alto al convencer al jurado y hacerse con la primera plaza de “Original y Copla”, Era el último programa, pero también el primero en el que las concursantes pudieron elegir canción, después de varias semanas en las que Canal Sur se decantó por rendir homenaje a las figuras del género a través de las voces de las aspirantes a convertirse en la mejor voz de la tonadilla actual. “Campanas, qué agonía, / las campanas de Linares, / repicando, noche y día, bajo un cielo de alamares...”, cantó Toñi Ronquillo, plena de facultades, poderosa y segura, envuelta en un traje de faralaes negro azabache, como el luto de los toreros, para una copla que sintió, engrandeció e hizo suya.

El nivel de las tres finalistas era tremendo, muy elevado, y la de Bailén estuvo a la altura en su actuación, en la línea de las semanas anteriores, en las que brilló siempre como una estrella consagrada. No en vano, la noche de la gran final levantó los aplausos del público en varias ocasiones, una de ellas emotivísima, mientras un tambor secundaba su cante “en modo saeta” por la muerte del dios de los toreros: ¡en pie puso al respetable y a sus propias compañeras cuando su copla expiró! Parecía que el plató entero pidiera los máximos trofeos al usía para Toñi Ronquillo, una nueva figura de la copla que, otra vez, logró salir por la puerta grande.