Un año para llegar a la cima

Con solo 10 años ya saborea éxitos de prestigio en un deporte tan exigente y emergente como es el pádel. Doce meses de trabajo han bastado para que el mengibareño Alejandro Calvo Pérez inscriba su nombre en las pruebas más importantes del circuito. Su entrega y excelentes condiciones le han permitido coronarse campeón de Andalucía en la categoría benjamín. El éxito lo obtuvo con el malagueño Curro Cabezas después de imponerse en la final jerezano Nico Tejero y al también malacitano Jairo Guerrero por 6/3 y 7/5, en un partido espectacular y con puntos ovacionados por los aficionados desplazados a la ciudad cordobesa.

La hoja de ruta para alcanzar la cima estuvo caracterizada por las aristas en el camino, porque en cuartos de final Alejandro Calvo y su compañero derrotaron a los vigentes campeones del mundo, el sevillano Juan Zamora y el gaditano Cristian Pérez por 6/4 y 1/0 y retirada del dúo. En semifinales ganaron con rotundidad a Roberto Prieto y Mauro García por 6/0 y 6/1. Llegar a tocar el cielo tiene un trabajo previo basado en duros entrenamientos. El mengibareño y su familia se han sacrificado para después recoger los frutos necesarios. Es entrenado por Lolo de Urda y una vez a la semana se desplaza a Málaga para ejercitarse con José Antonio Solano, un reputado técnico que dirige a un importante grupo de trabajo. “Con Lolo y José Antonio aprendo todos los entresijos del pádel. Son dos grandes entrenadores y ellos me dan consejos importantes y me corrigen los fallos, por lo que comparto con ambos el éxito alcanzado el pasado fin de semana en el torneo disputado en Córdoba”, comenta el nuevo campeón de Andalucía en la categoría benjamín.

Los éxitos del representante provincial no acaban ahí, porque en el pasado Mundial alcanzó las semifinales con Jairo Guerrero y en el Campeonato de España terminó entre los diez primeros con el catalán Marcel Font. Ahora termina la temporada y seguirá con los entrenamientos para empezar 2018 con las mejores garantías posibles. Su meta es mejorar, aunque es consciente de la dura competencia que existe en una modalidad que cuenta, cada vez más, con más practicantes en las categorías inferiores. Alejandro Calvo elogia la compenetración con todas las parejas con las que ha compartido su experiencia esta última campaña. “Llegar hasta tan lejos es gracias al trabajo individual y colectivo que hemos completado durante esta campaña”, asegura el deportista. Su familia también es un pilar en el que basa su progresión, porque le apoyan en los buenos y malos momentos.