Un centro cultural del siglo XXI para olvidar la antigua cárcel

La Diputación y “Amigos de los Íberos” defienden el proyecto desde 1998

07 dic 2017 / 13:14 H.

El actual Centro Penitenciario de Jaén, cerca de Las Infantas, se construyó en 1991. Ese fue el principio del fin de la antigua cárcel, levantada en un solar que la Diputación compró en 1927 al Ayuntamiento para, a su vez, ponerlo a disposición del Estado y que este edificara una prisión provincial. Noventa años después, en un casco urbano que nada tiene que ver con el de principios del pasado siglo, abrirá sus puertas el Museo Internacional de Arte Íbero.

El Rey de España cortará la cinta inaugural de un espacio que, fruto de una inversión que supera los 26 millones de euros y de un intenso trabajo político, no exento de confrontación institucional, nace con la vocación y, sobre todo, con los recursos para ser algo grande. El nuevo museo está llamado, si todos los pronósticos se cumplen, a transformar la capital y ofrecer un motivo de peso para visitar la provincia. El espacio expositivo, inmenso, con 11.000 metros cuadrados, es uno de los más modernos del país, lo que, en sí, hace el continente interesante. Lo mejor, sin embargo, es el contenido, 3.500 piezas que proceden, en su mayoría, de los yacimientos jiennenses, una tierra a la que la civilización íbera le regaló un inmenso patrimonio, único en el mundo.

La idea de crear un espacio para mostrar al público los restos arqueológicos de Cerrillo Blanco, en Porcuna, y de El Pajarillo, en Huelma, sin olvidar los últimos hallazgos, como el de Piquía, en Arjona, la planteó, en 1998, Felipe López, actual consejero de Fomento, que, por entonces, era presidente de la Diputación. Su propuesta contó con el gran respaldo de la Asociación de Amigos de los Íberos, que, personificada en su presidenta, Pilar Palazón, protagonizó una “lucha sin cuartel” para exigir este equipamiento. Carmen Calvo, que era consejera de Cultura, también se implicó en la iniciativa. Tras un largo pleito por la tiularidad del terreno, no fue hasta 2001 cuando el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta y el Estado se pusieron de acuerdo para darle uso museístico al inmueble que estaba en desuso. El edificio, finalmente, tuvo que ser demolido en su totalidad, y no parcialmente como estaba previsto, en 2006, debido a las grietas que causó la construcción de un aparcamiento subterráneo, por parte del Ayuntamiento, a escasa distancia.

La primera piedra se colocó, en septiembre de 2009, durante la etapa del socialista José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, con lo que echó a andar una obra que, tras paralizarse, se retomó en 2014 y, ya sí, avanzar a buen ritmo, lo que demuestra, que, menos de un año después se encontraran los trabajos al 73% y, en 2016, estar casi listas. El pasado septiembre, el Gobierno local concedió la licencia de apertura del Museo Internacional de Arte Íbero. Previamente, en julio, fue preciso alcanzar el último gran acuerdo para desbloquear el ambicioso proyecto. El pacto consistió en la renuncia municipal al solar, que el Estado le cedió en 2001, para que, a su vez, se pusiera en manos de la Junta, que tiene la competencias para la gestión del centro cultural.