Un gran apoyo a la investigación

El Centro de Instrumentación y el Animalario ofrecen más de 10.000 servicios

04 abr 2018 / 09:34 H.

Una importante oportunidad para apoyar a la investigación y a la docencia, pero también a empresas, centros tecnológicos y usuarios externos. Eso es lo que suponen los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación de la Universidad de Jaén, que albergan una compleja infraestructura científica en dos instalaciones diferentes: el Centro de Instrumentación Científico-Técnica (CTIC) y el Centro de Producción y Experimentación Animal (CPEA).

Además, colaboran con estos recursos en la formación de especialización y en la enseñanza de estudios universitarios, y su intervención compete no solo al equipamiento e infraestructura científico-técnica de las unidades que integran los SCAI, sino también a la prestación de servicios a instituciones y empresas. “Los SCAI son unos centros que engloban infraestructuras científicas que son difíciles de conseguir por otros medios, que se utilizan desde la propia institución jiennense como apoyo a la investigación y docencia, pero también por parte de empresas, centros tecnológicos y usuarios externos”, explica el director de los Centros de Instrumentación Científico-Técnica y de Producción y Experimentación Animal de la UJA, Francisco Navarro.

En el caso del primero de los centros, cuenta con más de un centenar de recursos instrumentales y permite prestar apoyo a la investigación y a la docencia. Está constituido, subraya Navarro, por diferentes áreas con diversas unidades, que cubren los campos de análisis y determinación estructural, ciencias de la vida y microscopia, además de diversos laboratorios con recursos multidisciplinares. En este sentido, sus áreas albergan avanzada tecnología que está gestionada por personal especializado en su manejo y mantenimiento: “En concreto, tenemos a diez personas al frente de la utilización de estos equipos con el principal objetivo de dar servicio, formar al usuario y permitir que trabajen de una forma autónoma”. Con respecto al segundo centro, también conocido como animalario, reconoció que no es típico, puesto que cuenta por ejemplo, entre otras zonas, algunas de máxima seguridad.

Un veterinario y tres técnicos apoyan a todos los investigadores que trabajan con animales: “Tenemos una normativa muy estricta en todos los ámbitos, desde el autonómico hasta el nacional y la Unión Europea, que implica bienestar animal, seguridad”, subraya. El CPEA está inscrito en el Registro Oficial de Explotaciones Ganaderas como Centro o Establecimiento de Cría y Usuario de animales destinados a fines experimentales, científicos y educativo, y la instalación está preparada para albergar investigaciones con roedores, conejos, animales acuáticos y líneas celulares. Así, ese personal da apoyo a los investigadores y se encarga de labores y servicios que les piden. “En total, los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación, que dependen directamente del vicerrectorado de Investigación, cuentan con diez técnicos de un lado, el veterinario y los tres técnicos, por otro, además de una directora técnica, Natividad Paredes, y personal de administración”, puntualiza el director.

Por otra parte, destacó que durante el pasado 2017, los SCAI tuvieron en total a unos 250 usuarios entre internos y externos, y se realizaron más de 10.000 servicios distintos. “En el caso del Centro de Producción y Experimentación Animal, sobre todo la actividad se centra en servicios de experimentación, y en la actualidad tenemos entre 14 o 15 proyectos de investigación entre internos y externos que utilizan nuestras instalaciones. Algunos de ellos de la Universidad de Córdoba, porque tenemos servicios de máxima contención biológica que no tienen otras universidades. Pero también estamos abiertos a cuestiones relacionadas con la docencia, los trabajos fin de grado, los másteres, las tesis doctorales y todas aquellas cuestiones relacionadas con la formación”, concretó Francisco Navarro.

Instalaciones que, en definitiva, tienen como objetivo la posibilidad de utilizar equipamiento científico que, de otra forma, no podrían tener los estudiantes, grupos de investigación y empresas de la provincia y, en definitiva, unos niveles que no podrán conseguir: “Estos equipamientos y el personal especializado cuentan con un importante coste, así que de esta forma centralizada, cada técnico se encarga de unos 10 o 12 equipos diferentes y se da servicio a investigadores de todo tipo. Porque sería imposible que cada investigador adquiriera estos equipos, se especializara...”. Una forma más sencilla y óptima, recalca, para la que, además, utilizan fondos de programas de infraestructuras científicas o los procedentes de la Unión Europea, puesto hay equipos que tienen un coste de entre 500.000 o 600.000 euros. “Además, el pasado 2016 se firmó un convenio entre todos los rectores de las Universidades andaluzas que nos permite que nuestros investigadores y docentes se puedan mover dentro de todos los SCAI, con lo que son muchas más las posibilidades de equipamiento y tecnología en la Comunidad Andaluza”, puntualizó el director de los centros.

En los dos últimos años, los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación de la UJA duplicaron su facturación, así como la cifra de servicios prestados, y ofrecen en la actualidad cobertura científica al cien por cien de los grupos de investigación de la rama de ciencias Experimentales de la Universidad de Jaén.

Aun así, y con el objetivo de incrementar los usuarios de estas instalaciones se celebró recientemente una jornada de puertas abiertas con el principal objetivo de que las empresas conozcan el potencial de estos servicios, desconocidos para muchas, y que puedan beneficiarse de ellos sin tener que salir de la provincia. Una cita organizada con motivo del 25 aniversario de la Universidad de Jaén, que en marzo puso el foco en la generación de conocimiento a través del I+D+i.

“Andaltec se apoya en el centro para utilizar los equipos técnicos”

Son varias las líneas de colaboración entre Andaltec, el Centro Tecnológico del Plástico con sede en Martos, y la Universidad de Jaén. “Aparte de en los diferentes proyectos de investigación, nos apoyamos en la UJA para utilizar el Centro de Instrumentación Científico-Técnica. Así, en muchas ocasiones utilizamos los equipos técnicos de medida, análisis y demás, y otra forma de colaboración es a través de los propios grupos de investigación de la Universidad de Jaén en convocatorias de proyectos nacionales o europeos”, manifestó el responsable de proyectos europeos, Antonio Peñas.

Sobre todo, reconoció, trabajan junto con el departamento de Química Orgánica e Inorgánica y con el área de Ingeniería: “El año pasado también solicitamos un proyecto europeo, y básicamente toda la colaboración que realizamos se podría decir que es a nivel de I+D+i, tanto técnica como a nivel de proyectos”.

En este punto, destacó que el Centro de Instrumentación Científico-Técnica (CICT) tiene equipos muy avanzados y servicios a los que a diferentes empresas les resultaría complicado utilizar. Por lo que resulta fundamental para la ingente labor que realiza en su día a día.

“El servicio que recibimos los grupos de investigación nos resulta imprescindible”

José Enrique Calleja forma parte de un grupo de investigación cuya responsable es Carmen Torres, y que, afirma, es ambivalente, puesto que trabaja cuatro líneas bien diferenciadas, en algunos casos con animales e invertebrados. “El principal servicio que nos ofrecen los servicios centrales es el que se deriva del Centro de Producción y Experimentación animal. Ahí tenemos un equipamiento para estudiar la conducta animal que es bastante avanzado, más si tenemos en cuenta las dimensiones de nuestra Universidad”, explica. Entre otros, destaca el set de cajas de skinner, de laberinto elevado o de cajas de actividad, que permiten una gran cantidad de estudios dentro de una línea comparada de investigación. “Los estudios que realizamos son modelos animales del comportamiento humano, que son procesos básicos que compartimos la mayoría de las especies”.

Además, destaca que desde la UJA se encargan de la recepción de los animales, los tienen en cuarentena y los pasan a las salas que, destaca, cumplen con toda la normativa vigente: “Los técnicos de laboratorio son grandes profesionales y realizan trabajo meticuloso. Porque los estudios de comportamiento animal requieren condiciones de tranquilidad para los animales —salvo que queramos someterlos a estrés—. Hace que se encuentren en condiciones estables y no vean alterado su comportamiento”. “Todo lo que nos ofrecen —puntualiza— a veces es un trabajo mudo, porque en ocasiones nosotros ni tan siquiera lo apreciamos. Y sería imposible alcanzar nuestros objetivos sin ellos, porque desconocemos y no estamos capacitados para algunos de sus procedimientos y parte de su trabajo son cuestiones que desconocemos y para las que no estamos capacitados”. Así, el aparataje y la cualificación del personal les permiten realizar trabajos que luego se traducen en revistas de alto impacto.