Víspera del día grande del verano

Diario JAÉN entrega mañana medallas en dieciséis municipios de la provincia

14 ago 2017 / 12:26 H.

Flota en el ambiente la fiesta que se avecina para dieciséis pueblos jiennenses que unirán a propios y foráneos en torno a sus devociones más arraigadas, la Virgen de Agosto —“coronada de cielos, tierra añora”, dijo de ella el poeta del 27 Gerardo Diego. Por si las ganas de celebración no fueran suficiente motivo como para que la víspera del día grande de la Asunción de Nuestra Señora se viva con impaciencia, la promoción de Diario JAÉN —medallas bañadas en oro correspondientes a las devociones protagonistas de esta festividad, al precio de 0,30 céntimos al adquirir el ejemplar del periódico de mañana martes— supone un aliciente añadido.

De una punta a otra del mapa del Santo Reino, los vecinos podrán lucir con orgullo las imágenes que los hacen emocionarse hasta la lágrima y, al mismo tiempo, sonreír de alegría nada más contemplarlas en sus altares o cuando pueblan las calles de sus pueblos con sagrados aromas; otros muchos, los que tuvieron que marcharse, hace años, para ganarse la vida en las ciudades que los acogieron, las llevarán con ellos para que les alivien la nostalgia en sus lugares de residencia.

A vista de pájaro, el mar de olivos será, mañana, un escenario común para la escenificación de la fe según Jaén, pero con matices locales que hacen de cada convocatoria una cita de lo más variopinta. Procesiones, concursos, carreras y pruebas deportivas, convivencias en torno a un buen plato de paella o de la comida típica que enriquece el acervo de cada municipio, música, baile, homenajes a los mayores y actividades pensadas para los más pequeños...

En definitiva, un programa completo, para todas las edades y sensibilidades, que tendrá a la Señora o al Crucificado, en sus diferentes advocaciones, como principales destinatarios de todas las propuestas, Ellos que, tras siglos de protección, son correspondidos con la veneración sencilla pero hondísima de quienes, si no siempre en sus nombres, los llevan en lo más profundo de sí mismos y, a partir de mañana, colgados muy, muy cerca de sus corazones.