A la espera de tres análisis “positivos” en El Condado

Más de 20.000 habitantes siguen suministrándose con cisternas

17 jul 2018 / 08:14 H.

Difícil es pronunciarla pero en El Condado ya forma parte de su vocabulario habitual: “trihalometanos”. Los problemas en el suministro de agua potable continúan para 20.000 habitantes de trece núcleos de población por “culpa” de este compuesto químico volátil que se genera durante el proceso de potabilización. Ya tuvieron su primera toma de contacto con este vocablo hace cuatro años, cuando también hubo prohibición del consumo por sus altos niveles. Cinco días estuvieron sin poder consumir agua del grifo y suministrándose con cisternas y, en este caso, el problema parece que se alargará algo más. Con hoy suman ya cinco días desde que se declarara no apta para el consumo el agua que brota de sus grifos. Ayer mismo Arquillos fue el escenario de la reunión entre los siete alcaldes de los municipios afectados con el diputado de Servicios Municipales, Bartolomé Cruz, y representación técnica de Somajasa, sin contar con la presencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ni Salud.

Fue una reunión informativa, como reconoce el alcalde de Arquillos, Miguel Ángel Manrique, sobre los pasos que se realizan para solucionar el problema. Por ahora, como detalla, la Confederación realiza tareas de limpieza tanto en la estación depuradora como en las tuberías para procurar que los niveles de trihalometanos bajen hasta los límites seguros para su consumo. Pero, tras los constantes problemas con el agua en la comarca, como apunta el representante municipal, son imprescindibles infraestructuras nuevas que modernicen el sistema, como la estación depuradora ya prometida.

Estos trabajos de limpieza son esenciales ya que los trihalometanos se generan por la reacción al entrar en contacto la materia orgánica con el cloro. El volumen generado depende de la suciedad disuelta en el agua después de la eliminación de la carga orgánica existente antes de la potabilización. Los parámetros actuales fijan, desde 2009, el límite en 100 microgramos de la sustancia nociva por cada litro —esta semana se alcanzaron picos de 111—, aunque antes el umbral de seguridad era mucho mayor, de 150. Por ello, la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales declaró el agua como no apta para el consumo humano —no puede ingerirse ni utilizarse para la elaboración de alimentos—, aunque sí puede usarse para higiene personal y limpieza doméstica.

Esta prohibición se realizó el pasado viernes, día 13, y desde entonces los vecinos están “entre el cabreo y la resignación”, como explica Manrique. “Yo como alcalde me siento avergonzado de la situación que se está viviendo. Si bien es cierto que ningún alcalde de los que estamos ahí tiene responsabilidad en la situación, porque es la Confederación la que debe tener sus instalaciones en la mejor situación, yo personalmente me cabreo por ver la situación que están pasando los ciudadanos, ver cómo mi madre o mi vecina, con ochenta años, tienen que ir con garrafa a por agua al camión”, reflexiona el responsable municipal de Arquillos.

Y por el momento, dice, no pueden ofrecer una fecha para que se resuelva el problema. Los análisis se realizan diariamente y hoy se conocerán los nuevos niveles de trihalometanos: “Para que se vuelva a considerar apta no sirve un solo análisis con resultados positivos — o lo que es lo mismo, negativos en el nivel de este compuesto—, tienen que ser al menos tres consecutivos”. Así, al menos parece que todavía se prolongaría unos días más la situación, aunque, eso sí, sin atreverse a poner un plazo.

El sistema requiere de una inversión importante para su modernización

En el pantano del Dañador se centran todas las miradas a raíz de la crisis de suministro de El Condado. El embalse, situado en término de Montizón —cerca del límite con Ciudad Real— es, con 4,3 hectómetros cúbicos de capacidad, uno de los más pequeños de la provincia. El origen del problema radica en la planta potabilizadora, considerada por los alcaldes afectados como “obsoleta”, además de las canalizaciones, también en un mal estado. Después de los problemas de 2014, se cambiaron algunas de las tuberías pero todavía quedan tramos por sustituir. En este sentido, los alcaldes esperan que se ponga un proyecto sobre la mesa, con una inversión importante pasa su modernización.

En este sentido, la Subdelegación del Gobierno contempla inversiones de diez millones para renovar tuberías en mal estado, aunque sin concretar plazos de ejecución. La subdelegada, Catalina Madueño, indicó que el proyecto ya está en marcha, incluso con su redacción supervisada y pendiente de la aprobación técnica y prevista su próxima salida a información pública.

En este caso, como apunta el alcalde de Arquillos, Miguel Ángel Manrique, esperan una reunión con la Confederación y la propia subdelegada.