Al calor de las tradicionales lumbres

Los vecinos mantienen vivas las costumbres con motivo de la celebración de San Antón

18 ene 2019 / 12:02 H.

El resplandor de las tradicionales hogueras de San Antón se dejó sentir en Noalejo poco después de la caída de la tarde, cuando los vecinos ya habían llegado de la campaña de recogida de la aceituna y se habían adecentado para disfrutar con vecinos y familiares de la celebración. Una costumbre que, según explica el investigador local Francisco Martos, data de tiempos muy remotos, en torno al año 1736, y que pese a que en la actualidad ya no existe cofradía como tal, mantiene el arraigo popular. “Hay familias que prefieren celebrar San Antón y otras que se decantan por la Candelaria. En el caso de la segunda cita procesiona la Virgen y se presentan los niños nacidos, mientras que en esta la imagen tan solo está expuesta al público”, explicó Martos.

Y es que todavía hay calles enteras en las que los vecinos, bien por la tradición familiar o bien porque tienen animales, que se llenan de las fogatas que este año han llegado en un momento propicio en cuanto a la climatología se refiere, puesto que ya han llegado los rigores propios de la época invernal. En torno al fuego, los vecinos elaboraron los tradicionales cañamones, que son una especie de torta que se parte a trozos hecha con palomitas de maíz, miel y garbanzos tostados, y se cantan las típicas cancioncillas, en muchos casos más propias de la próxima celebración del Carnaval. “San Antón, San Antón/ que me guardes un rincón/en la Gloria sí/en el infierno no”, rezaba una de ellas.