Ayuda alcalaína da un “empujón” a una escuela de “Nepal Sonríe”

Las instalaciones de Haseko Indreni atiende a quince niños de dos a seis años

11 ene 2017 / 18:13 H.

Aportaciones que permiten el desarrollo a miles de kilómetros. La ayuda de Alcalá es fundamental para la mejora de la escuela Haseko Indreni, en la ciudad de Bastipur, perteneciente al país que da nombre a la organización no gubernamental Nepal Sonríe. La entidad cuenta con la implicación de la cooperante Sonia López Sánchez, una alcalaína afincada en la ciudad de Madrid, que visitó el lugar tras el devastador terremoto ocurrido en abril de 2015.

Hace unos meses, después de un año de obras y dos seísmos de por medio, la ONG inauguró la primera fase del centro de enseñanza, lo que permitió la formación temprana de quince niños con edades comprendidas entre dos y seis años. De esta manera se facilitó que sus madres pudieran trabajar. “Nepal Sonríe” destaca su interés por el empoderamiento de las mujeres de esta parte de Asia.

Desde entonces, la construcción de la segunda etapa no se ha detenido, pese a las dificultades económicas. Una vez concluidas las instalaciones, de 125 metros cuadrados y situadas en un terreno cedido por la propia comunidad de Bastipur, constará de un aula, un comedor, una cocina equipada, una oficina, una habitación para guardar el material escolar y dos cuartos de baño con duchas.

Gracias al Ayuntamiento de Alcalá la Real, que destinó para “Nepal Sonríe” 3.000 euros de su partida de ayudas a la cooperación al desarrollo” será posible equipar el inmueble, un paso indispensable para su puesta en marcha al completo. Dentro de los preparativos, la organización continúa con sus visitas a las familias más desfavorecidas de la región para que cuando acabe la construcción de la escuela se puedan incorporar más alumnado y llegar a mayor número de familias en situación de exclusión social.

En el proyecto infantil Haseko Indreni se apuesta por una educación con el objetivo de cambiar el paradigma clásico de la pedagogía infantil y ofrecer una educación que se elabora, de forma conjunta, por todos los miembros de la escuela, tanto profesoras, como trabajadoras y menores. “El centro de la educación es la niña o el niño a quién consideramos un ser capaz e independiente, que gracias a sus capacidades e intereses va marcando el ritmo de su propio desarrollo”, reivindica la ONG, a través de un comunicado.

recaudación superior a 1.500 euros

Un concierto reunió, hace justo un año, a diferentes artistas en el teatro Martínez Montañés. El espectáculo, denominado ”Ansu y las flores”, consiguió una recaudación de 1.500 euros destinada para la escuela de Bastipur. Por otro lado, se reunió más dinero gracias a otras actividades, entre las que destacó un mercadillo, celebrado en el verano de 2015 gracias a la labor de Sonia López Sánchez.