Daniel, un niño sin barreras

Los padres de un menor con parálisis cerebral luchan por integrarlo al máximo

24 jul 2017 / 11:40 H.

Daniel Pérez Aceituno es un niño de Frailes con parálisis cerebral al que su familia lleva en volandas para que esté integrado al máximo y, más que las barreras físicas, rompa las que existen en algunas mentes. El menor, que cumplirá doce años en septiembre, está muy vinculado con Alcalá, ya que su progenitor, Juan Manuel Pérez Ceballos, es de Mures y pertenece a la asociación Afanies.

El pequeño nació prematuro junto con un hermano que murió al cabo de unas semanas, y tuvo falta de oxígeno en sus primeras horas de vida. Su enfermedad le limita la movilidad. Sin embargo, sus padres hacen lo indecible por él. Su regalo de Comunión fue una silla de ruedas eléctrica a la que le han acoplado una especie de remolque al que suben sus amigos y en el que, a veces, lleva balas de paja. De hecho, le encanta el campo y va en “quad” con sus progenitores a las fincas y a una parcela que tienen en la sierra. Dentro de su deseo de que Daniel llegue lejos, la familia, que incluye una hermana adolescente, ha viajado a múltiples lugares, incluido el parque Warner de Madrid. “Se hace querer y siempre tiene otros niños alrededor”, afirma la madre, María Victoria Aceituno Zafra. El padre califica el carácter de su hijo de “papelerón”, por la facilidad para ganarse a la gente y su preocupación constante por el bienestar de las personas cercanas.

Los Pérez Aceituno son conscientes de los problemas de movilidad derivados de la parálisis cerebral, pero esto los estimula a esforzarse más por su bienestar. “Cuando alguien dice ‘pobretico’, yo pienso que el ‘pobretico’ es realmente quien piensa así”, remarca la progenitora. Dentro de la colaboración para que la situación mejore, la familia incluso ha conseguido facilitarle equinoterapia propia, ya que han comprado un caballo que está totalmente compenetrado con el niño.

Uno de los proyectos que más ilusión les hace, con la vista puesta en el día de mañana, es la construcción de una casa totalmente adaptada. La quieren erigir en un solar situado en la parte alta de Frailes, un lugar más seguro que la travesía, donde viven ahora. “Yo animaría a quienes estén en nuestra misma situación que no se desanimen y que no dejen nunca a su hijo encerrado pues, muchas ve- ces, las barreras son más mentales que físicas”, indican los padres.