Espectáculo dentro de la fortaleza

La duodécima edición de la Fiesta Medieval alcanza hoy su última jornada

04 ago 2018 / 11:16 H.

La Fiesta Medieval de la Fortaleza de la Mota demuestra, en su duodécima edición, que está totalmente consolidada. La celebración superó su jornada central con un buen ambiente, pues muchos alcalaínos y visitantes decidieron subir hasta la ciudad amurallada para huir de los rigores de las altas temperaturas. La presente edición tiene como novedad un concurso de trajes en el que se inscribieron cuatro colectivos. Obtuvieron premios la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, que fue considerada por el jurado como la mejor ataviada, y la asociación vecinal Huerta de Capuchinos, la más numerosa. Cada una obtuvo 250 euros de premio. Además, se inscribieron la protectora de animales El Camino y la hermandad de la Oración en el Huerto. En todos los casos recibieron, por parte del Ayuntamiento, sendos incentivos de cien euros. La entidad Huerta de Capuchinos está especialmente activa este año, pues ofrece, junto a la iglesia mayor abacial, el cuentacuentos titulado “El duende de la Mota”.

La celebración tuvo algunas incidencias, como los problemas registrados para el acceso de autobuses, motivados por el colapso de coches estacionados. Esto hizo que la Policía Local tuviera que intervenir para regular el tráfico y que, en ocasiones, los pasajeros tuvieran que descender del vehículo colectivo en el camino de San Bartolomé, en los arrabales. El públicos valora los espectáculos, aunque algunos ya se produjeron en ediciones anteriores de la fiesta. Entre las propuestas destacan los espectáculos de malabaristas, la danza oriental y de época y paseos de ocas guiadas por un pastor. Destaca la representación de la obra “El cerco de Benzayde”, con alrededor de medio centenar de actores, una recreación de la toma de la ciudad fortificada por parte del monarca castellano Alfonso XI.

Los asistentes a la celebración también tienen como puntos de referentes la zona de la Lonja —comida y bebida— y el Zoco —puestos de venta—, así como el área específica de juegos y talleres para los más pequeños, situada en el entorno de la Plaza Alta.