“Hasta hace poco había gente ahí”

Si llega a pasar en la época de la aceituna es una carnicería. Hasta hace poco había gente ahí”, explican, aliviados, los vecinos de la parte superior de la calle Real, después del aparatoso derrumbe de una casa vieja ocurrido de madrugada. El inmueble estaba vacío, pero en él durmieron inmigrantes durante la reciente campaña oleícola. En un efecto dominó, el desplome arrancó parte de la vivienda de por encima y obligó a desalojar a la familia de origen magrebí —un matrimonio y sus tres hijos— que residía en ella. Todos resultaron ilesos. Tres coches estacionados debajo de la fachada sufrieron desperfectos por los grandes sillares y los cascotes desprendidos; sobre todo uno, que quedó literalmente aplastado.

El suceso se produjo, de acuerdo con el vecindario, pasadas las cuatro y generó estruendo. El motivo del derrumbe es el mal estado del edificio, que se vino abajo. Formaba parte de una serie de construcciones antiguas que estaban apoyadas unas en otras. De hecho, hace unos años, el Ayuntamiento tuvo que demoler unas casas en las que se registraron desprendimientos. Tal circunstancia hizo que los inmuebles que quedaban estuvieran al aire. Un perro de Enrique La Rosa, un bombero del parque de Alcalá ahora en comisión de servicio en Jaén, descartó que hubiera atrapados.

Las cinco personas que perdieron ayer su domicilio fueron reubicadas temporalmente por la administración local en la Hospedería Zacatín. Por la mañana, Hamid Harid y su esposa regresaron para llevarse lo más necesario y guardar pertenencias en una vivienda situada por detrás. El hombre explicó a Diario JAÉN que el percance los sorprendió mientras dormían. El hombre destacó su precaria situación tras el desplome.

A lo largo de la mañana pasaron por el lugar el alcalde, Carlos Hinojosa; el edil de Obras, Custodio Valverde, y varios técnicos. Después de anular la línea eléctrica y de retirar los turismos afectados, comenzaron los trabajos para eliminar los escombros y derribar la casa afectada, cuya fachada está protegida. La zona quedó acordonada por la Policía Local.

El derrumbe evidencia el deterioro del parque de viviendas del entorno y va en la línea de la demolición, por ruina, de la cercana Casa del Coño y del hundimiento de un inmueble, meses atrás, en el callejón de la Yedra.