Hurto al descuido en Unicaja

Una banda latina de cinco miembros logra entre 6.000 y 12.000 euros

30 abr 2016 / 10:39 H.

Un golpe muy bien planificado. Una banda de origen iberoamericano consiguió, en un visto y no visto, un importante botín en la sucursal de Unicaja situada en la Avenida de Andalucía. En el delito, un hurto al descuido, estuvieron implicadas cinco personas —dos mujeres y tres varones—. Todo ocurrió en torno a las diez de la mañana con un curiosa estratagema. Primero una fémina del grupo simuló que tenía problemas con el cajero y pidió auxilio con urgencia porque tenía prisa. Hubo cierta confusión, en la oficina, llena de clientes, pues, según las fuentes consultadas, luego un hombre tiró monedas al suelo. Finalmente, consiguieron que un empleado abandonara su mesa para intentar ayudarles, momento aprovechado por otra mujer de la banda para hacerse con el dinero que, al parecer, estaba en un cajón.

El importe no está claro. Fuentes de Unicaja precisaron que, como cifra provisional, a falta del arqueo, la cuantía no llegaba a 6.000 euros, aunque otras fuentes incrementan la cantidad hasta alrededor de 12.000. Para sorpresa del público y los trabajadores, los malhechores huyeron en direcciones diferentes para dificultar su seguimiento y localización. Vecinos creen que se refugiaron en un bloque de pisos. Al cierre de esta edición, no había detenciones.

Los autores materiales de los hechos tienen unos cuarenta años. Perpetraron el hurto —en el que no se registraron daños personales ni materiales— a cara descubierta. Las grabaciones de las cámaras de seguridad son una de las principales bazas para la investigación. A lo largo de la mañana de ayer, un helicóptero de la Guardia Civil pasó reiteradas veces sobre el casco urbano alcalaíno. La noticia, adelantada por Diario JAÉN en su edición digital, corrió como la pólvora y dio lugar a numerosos comentarios entre los vecinos. Las indagaciones continúan en marcha para determinar la identidad y el paradero de las cinco personas responsables. La colaboración ciudadana puede resultar determinante para resolver el asunto, que sorprende por su coordinación y perfección.

control. Por otro lado, continúan los robos en viviendas del municipio. El último caso ocurrió el miércoles por la noche en Fuente Álamo, una pequeña pedanía muy tranquila. Según explica el propietario, Juan Aguilera, mientras él y su esposa estaban en la pedanía de La Rábita, entraron los ladrones. Después de romper barrotes de una ventana lateral, revolvieron los cajones de las habitaciones y se llevaron quinientos euros y metálico, gafas y joyas —incluidas perlas, cadena y relojes— cuyo valor supera con creces los 3.000 euros. Dejaron maquinaria agrícola. El dueño del inmueble cree que se trata de una banda sudamericana muy activa en el término de Alcalá y la Subbética de Córdoba, que usa capuchas y guantes. La pasada semana hubo una sustracción similar en Ermita Nueva.

Por otro lado, el jueves por la noche y a primera hora de la madrugada de ayer, un aparatoso control de seguridad de agentes de la Guardia Civil, con unos diez agentes y dos coches al parecer llegados de la capital, se instaló en la calle Álamos, cerca de la SAFA y el Paseo. Vecinos explican que se dio el alto a diversos vehículos, especialmente los ocupados por jóvenes.