Las motos de la Policía Local pasan a ser de Protección Civil
El sindicato SIP-AN carga contra la medida y dice que se adoptó sin avisar
La situación en la Policía Local vuelve a caldearse tras meses de tregua. El SIP-AN, sindicato mayoritario del cuerpo, arremete contra la decisión del Ayuntamiento, que entrega a Protección Civil las dos motos con las que los agentes patrullaban. Los vehículos fueron adquiridos en 2009, cuando la edil de Seguridad Ciudadana era Ana Cortecero y fueron “guardados” en 2015, a final del mandato como concejal de Antonio López, tras un pulso, ya que los miembros de la plantilla exigían que quienes las usaran fueran compensados de alguna manera. Ahora, con Cecilia Alameda en el cargo, el controvertido asunto da un nuevo giro.
Desde el SIP-AN se asegura que los policías dejaron de realizar voluntariamente el servicio “por falta de seguridad, equipamiento y adaptación de salario”. Denuncia que no se les comunicó la cesión de las motos a Protección Civil. “No entendemos si es que se quiere enterrar este servicio y dar a entender a todos que las motos no son vehículos útiles para patrullar o, de lo contrario, por no sentarse a negociar y equiparnos correctamente dejan de prestar este servicio a la ciudadanía de Alcalá y, sobre todo, las aldeas, siempre defendido como eficaz y rápido”, afirma el secretario local del sindicato, Pedro García.
CRÍTICAS. La organización expresa una retahíla de supuestos incumplimientos del equipo de Gobierno, entre los que cita que la “prometida productividad” a la Policía “anunciada incluso en los medios” aún no ha sido pagada. Ve mal uso del acuerdo a lo largo del año, sin respeto “al descanso entre jornadas, los cambios de turno y la gestión de asuntos propios y vacaciones”. Dice que ante la “imposición absoluta” —en la que, en su opinión, solo es válida la interpretación de la concejalía y sus asesores— denuncia el acuerdo. En alusión al PSOE, el SIP-AN ve que la gestión “no se corresponde con las siglas que representan”. Añade que “algo falla”, pues la relación es mala con todos los sindicatos. Este periódico intentó lograr la versión municipal.
El episodio de las motos da pie al SIP-AN para acusar a la Concejalía de Personal y Seguridad de funcionar “con imposiciones y castigos hacia sus trabajadores, creando un descontento generalizado”. Al respecto, Pedro García, critica la falta de información a los representantes de la plantilla. Añade: “Hacen oídos sordos y no nos contestan a nuestros escritos. No hay comunicación, no informan sobre las ofertas de empleo, bolsas de trabajo y promociones internas. Los sindicatos nos enteramos por la calle una vez que se han hecho las cosas”. Por ello, García tilda de “lamentable” la situación que, a su juicio, deterioran el servicio prestado al ciudadano.