Pérdidas en la aceituna por hongos
La Asociación de Producción Integrada Alcalá-Sierra Frailes avisa sobre los perjuicios causados
Toque de atención. La Asociación de Producción Integrada (API) Alcalá-Sierra Frailes advierte de que, en los últimos días, su servicio técnico ha detectado en fincas la presencia de diversos ataques de hongos en el olivar. Según explica la organización, los daños ocasionados consisten en la podredumbre y la caída severa de frutos y hojas. La consecuencia más directa es que el aceite producido en esos árboles es “de muy mala calidad”. El consejo es revisar las parcelas y comenzar la recolección lo antes posible.
Como reconoce la API, los frutos, las hojas y las ramas con hongos pueden ser fuentes de inoculación para nuevas infecciones en próximos años. La organización se ofrece para resolver las dudas a los cultivadores tanto a través del teléfono como en su oficina, situada en la calle Doña Garoza. Ante el problema, algunos agricultores recogen muestran para comprobar la incidencia y constatar el rendimiento que tienen las olivas.
Todo apunta a que la situación responde a lo que se denomina antracnosis o aceituna jabonosa, una plaga causada por hongos del tipo “Colletotrichum”. Las condiciones que favorecen la proliferación son las que se han dado en las últimas semanas, con humedad ambiental alta y temperaturas suaves.
Desde el Ayuntamiento, el concejal de Agricultura, Cristóbal Cano, —quien también es secretario provincial de la UPA— explica que la proliferación de hongos es una cuestión “puntual”, limitada solo a algunas explotaciones.
trayectoria. La API Alcalá-Sie-rra Frailes, creada en la campaña 2009-2010, cuenta con alrededor de cuatro mil olivareros y actúa en una superficie de 22.000 hectáreas —220 kilómetros cuadrados—. Se trata de una de las mayores organizaciones de este tipo en Andalucía. Agrupa a productores de cooperativas y almazaras de Alcalá la Real, Frailes, Noalejo y Moclín (Granada). El colectivo, que incluye también a fabricantes, cuenta con un servicio técnico que asesora a los agricultores y que los informa, en ocasiones con mensajes de móvil, sobre las incidencias registradas en el cultivo.
Cristóbal Cano constata que los rendimientos del fruto son inferiores a los que había el año pasado por estas fechas. Por tal motivo —indica—, el comienzo generalizado de la campaña de recolección se retrasa quince o veinte días. Los agricultores esperan que el contenido en aceite aumente, algo factible dadas las temperaturas suaves, en las que las heladas han sido escasas hasta el momento.
La demora también se explica por la circunstancia de que numerosas explotaciones son familiares, de manera que los productores prefieren esperar una semanas para empezar las labores, máxime cuando quedan por delante semanas de vacaciones con motivo de la Navidad.