Treinta años de un pub distinto

El café-tertulia potencia, desde sus orígenes, manifestaciones culturales, como actuaciones y exposiciones

21 ago 2017 / 11:17 H.

No es un pub al uso, ni mucho menos. Con treinta años recién cumplidos, el Café-Tertulia Casablanca demuestra que es posible mantener, tanto tiempo, un negocio hostelero con un claro distintivo. Desde sus orígenes —primero en el Paseo de los Álamos, frente a Capuchinos, y luego en la calle Federico García Lorca— el local ha demostrado la apuesta de su propietario, Julián Relaño, por la cultura, en diversas manifestaciones, ya sea a través de conciertos, exposiciones o presentaciones de libros —la última “Panquilerías”, de Paco Salas—. La labor fue reconocida por Alcalá con la entrega del “Premio Hércules”.

El trigésimo aniversario se celebró el sábado por la noche con una “jam session” en la que se improvisó sobre el escenario y no faltaron las canciones en el karaoke ni los amenos chistes. Las actividades conmemorativas continuarán y se prepara, para diciembre, una exposición de fotos aportadas por los clientes, como repaso de estas tres décadas de historia.

“Solo puedo dar las gracias a las diferentes generaciones que coincidieron en la fiesta por su asistencia y todas las muestras de cariño recibidas por todos los medios físicos y electrónicos”, indica Relaño. El empresario madrileño señala que el local ha sido sede de asociaciones y que se convirtió en el primer cibercafé de Alcalá. “Recuerdo muchos universitarios haciendo uso de los ordenadores para consultar las notas”, evoca. El promotor del Casablanca apunta que el proyecto surgió con la “ilusión” de formar parte de la vida del pueblo y que tuvo que convivir, sobre todo en los 90, con el botellón.

Julián Relaño añade que, en los últimos diez años, ha sido necesario batallar con una crisis económica, “que parece no tener fin”, y con el desarrollo y el auge de las redes sociales, que suponen un cambio sustancial en los hábitos para relacionarse. En su opinión, la celebración abre otra década con el mismo espíritu del principio, “pero está vez con más fuerza”. “Sé, y así me lo demostraron todas las personas que vinieron a la celebración, que el Casablanca es tan especial, diferente, comprometido con la sociedad de la que forma parte, divertido y abierto a todo como todas las personas que al entrar por mi puerta hacen que pueda seguir aquí día a día”, destaca. Para acabar, el hostelero asegura: “Desde aquí gracias a todas y todos los clientes que venís todos los días, que hacéis de mí vuestra casa por un rato. Gracias a todos los que volvéis todos los ‘findes’ y a todos los que volvéis por Navidad, Semana Santa y, por supuesto, para la Virgen. También a los trabajadores, cada uno de ellos ha dejado una huella distinta”.