Donativo de “Huerta de Capuchinos” para los niños de Ghana

Actuación de gran formato sobre Oceanía y presencia del escritor Juan Cruz

23 jul 2018 / 08:23 H.

La edición de Etnosur de 2018 ya es historia. Concluyó con una jornada, la más calurosa de las tres, que se abrió con la presencia en el escenario del espectáculo Small Island Big Song —Isla Pequeña Gran Canción—, un montaje dedicado al folclore de Oceanía, Madagascar, la antigua Formosa e Indonesia, el leitmotiv de la vigesimosegunda edición. El concierto, que comenzó en torno a las doce de la noche del sábado y acabó ayer de madrugada, contó con la presencia, entre otros, de Yoyo Tuki —Isla de Pascua—, Alena Murang —de Borneo—; Ado Kaliting Pacidal, Piteyo Ukah y Siao-Chu Tai —de Taiwán—, Sammy Samolea —de Madagascar—, Jerome Kavanagh —de Nueva Zelanda— y Charles Maimarosia —Salomón— hizo vibrar a las miles de personas presentes en el recinto ferial. Según detalla la organización, los intérpretes participaron durante la tres jornadas en otras áreas y espectáculo del festival —narradores, cine, circo, talleres o foro— llevando sus respectivas culturas a los asistentes a través de la música, la danza y otras intervenciones.

Small Island Big Song nació hace tres años de la mano de Tim Cole y BaoBao Chen, productores del proyecto, cuando decidieron poner rumbo al océano y se adentraron en una quincena de islas del Pacífico y del Índico para conocer su vida cultural, social y artística. Todo ello con el objetivo de unir sobre el escenario las voces y los sonidos de numerosos instrumentos en una experiencia musical única en el mundo que traspasa fronteras oceánicas. Uno de los momentos más étnicos en la historia del festival. El día anterior ambos productores presentaron su documental, también titulado “Small Island Big Song, en el que retratan la evolución del proyecto. La puesta en escena incluyó un amplio repertorio de instrumentos de diversa procedencia y una pantalla cinematográfica que proyectaba imágenes de las hermosas islas y de la música que surge en ellas, además de danza, vestimentas aborígenes y mucho más. Decenas de personas que danzaban o tocaban instrumentos subieron al escenario dentro del espectáculo y sumergieron a Alcalá durante dos horas en las profundidades del mar. El mensaje era: “El océano nos une, no nos separa”.

El resto de la noche no tuvo desperdicio, arrancaba con el polifacético Antonio Lizana y su flamenco mestizo, cantaor y saxofonista a un tiempo que ofreció un directo lleno de sentir, con baile y con mensaje incluido. Betsayda Machado y la Parranda El Clavo continuaban con una música apasionada y arraigada en el latir del tambor venezolano, ritmos imparables y llenos de vitalidad para bailar hasta no poder más. La guinda la pusieron los brasileños BaianaSystem, pura adrenalina sobre las tablas etnosureñas. Explosivos y mezclando sonidos tradicionales y modernos hicieron vibrar a todo el recinto. Y para terminar la madrugada, la etnoteca con un espectáculo sonoro y visual, que contó con DJ David Alguacil y el proyecto Nökeö y Decolora.

La jornada dominical destacó por la presencia de un referente cultural, el periodista y escritor canario Juan Cruz. Ofreció, en el centro social de La Tejuela, la confrencia “Un golpe de vida”, dentro del Aula de Literatura. Esta actividad tuvo continuidad con la presencia de Abraham Gragera, Trinidad Gan y Begoña M. Rueda, que disertaron sobre los poetas contemporáneos en lengua española.

La programación del domingo se completó con los variados talleres, las proyecciones y la música de pinchadiscos en el Etnochill del Paseo de los Álamos. Igualmente hubo juegos y actuaciones en la calle —“Pasa la Gorra”—.

Un año más, la ausencia de incidentes graves fue la nota destacada, aunque volvieron a repetirse las críticas vecinales por la suciedad en las calles y otras molestias. En cuanto a la participación, a falta de los datos definitivos de la organización, posiblemente se trate de una de las más elevadas de las últimas ediciones. Esto queda constatado en la circunstancia de que la zona de acampada de la SAFA estaba al completo lo que obligó a habilitar una segunda, en este caso en el instituto Antonio de Mendoza. Fueron numerosas las personas que pernoctaron en autocaravanas y otros vehículos, incluidos automóviles.

La asociación vecinal Huerta de Capuchinos entregó un cheque de doscientos euros a la organización no gubernamental Universal Wonderful Street Academy, que da una vida mejor a niños de la calle de Ghana. Jorge Moyano. Recibieron el donativo representantes del colectivo, entre ellos el voluntario alcalaíno Jorge Moyano. El colectivo centrado en África cuenta, cada año, con presencia en Etnosur.