Flamenco en pro de la inclusión

La décima Semana de Atención a la Diversidad comenzó en el teatro Principal con el espectáculo “Sueños reales de cuerpos posibles”, a cargo de compañía de Flamenco Inclusivo José Galán. La obra fue parte del acto inaugural de una convocatoria organizada por el colegio Cristo Rey, dentro del marco del programa Andújar Inclusiva, del Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Igualdad y Bienestar Social.

El programa presentado comprende actividades formativas, deportivas, de sensibilización y participación, además de dos exposiciones de arte. Una de ellas, con trabajos de José Antonio Cortés Ruiz, alumno de atención domiciliaria del instituto de Enseñanza Secundaria Jacaranda de Málaga, lleva por título “Pinceladas de vida”. La siguiente actividad del programa será este lunes, a partir de las cinco de la tarde, en el Palacio de los Niños de Don Gome; será la ponencia “Camino a la inclusión”, que será impartida por Antonio Márquez, maestro del equipo específico de atención educativa a ciegos y deficientes visuales de Granada.

Por otro lado, el profesor impulsor de esta Semana de Atención a la Diversidad, Juan Carlos Rodríguez Sánchez, agradeció a autoridades y a la compañía que estuvieran en este acto inaugural: “Que desde un centro se les solicite colaboración, para la Semana de la Atención a la Diversidad, y que no se lo hayan pensado ni un momento cuando se les presentó el proyecto, y José dijera que sí, que iban a estar en la inauguración. Pues la verdad es que es algo bastante importante para nosotros, porque es señal de que el proyecto está funcionando” puntualizó Rodríguez. También explicó cómo se desarrolló esta semana a lo largo de los últimos nueve años. Relató que el objetivo principal. “Es acercar la comunidad educativa al ámbito de la diversidad funcional”. Sus alumnos ven todo tipo de diversidad funcional a lo largo de todos los cursos de Primaria”, manifestó el responsable.

La pieza “Sueños reales de cuerpos posibles” fue representada por el propio José Galán junto a la bailaora Lola López y la interprete en el lenguaje de signos Macarena Vilches. La obra contaba la historia de una pareja normal. Ella, con una enfermedad que la llevó a una silla de ruedas, comenzaba a alejarse de su compañero, no quería que la viera así. Entonces el otro comenzó a tener problemas de movilidad. José Galán pretendía con el montaje mostrar la discapacidad. “No es ajena a nadie, ni a mí, ni a mi juventud, ni a mis músculos, porque el día de mañana puedo tener un deterioro por un accidente, una enfermedad o por la edad”, dijo. Al final, el personaje de José también está en una silla de ruedas y la pareja se vuelve a unir por la adversidad. El coreógrafo recalcó que en el flamenco no se trata de perfección, sino de expresar emociones y vivencias. Además de los bailarines y la intérprete de lenguaje de signos, en el escenario apareció un cuarto personaje. Se trataba de un maniquí, llamado Mari Fe, que es el alter ego del personaje de Lola López. Con esta figura los autores querían criticar los cánones de belleza establecidos en la sociedad.