Heroico rescate junto al Jándula

Una historia con final feliz en un paraje privilegiado de la Sierra de Andújar. El agente José Manuel Pérez fue uno de los protagonistas del suceso. Él, junto con miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, rescató a tres ciclistas que se habían perdido mientras realizaban una ruta que lleva hasta el Santuario de la Virgen de la Cabeza. Las personas extraviadas, dos de ellas menores, fueron encontradas y rescatadas sin fuerzas y en un estado crítico de deshidratación en una operación conjunta entre ambos cuerpos de seguridad.

José Manuel Pérez Quesada recibió una llamada telefónica de un amigo, que le comunicó que su hijo, un adolescente, junto con dos amigos, había salido para cubrir un itinerario que partía desde Marmolejo y culminaba en la basílica menor, en Sierra Morena. El padre de uno de los protagonistas avisó de que se habían perdido y estaban en condiciones extremas de hambre, sed y cansancio debido a las altas temperaturas y al esfuerzo físico, por lo que, debido a esa excepcional circunstancia, solicitaba ayuda ya que el policía conocía la zona, pues suele practicar ciclismo por el entorno.

De forma inmediata los agentes contactaron con el Instituto Armado, que ya tenía conocimiento de los hechos, y tres policías de la Comisaría de Andújar se incorporaron al dispositivo de búsqueda, que también se hallaba integrado por dos componentes del Parque Natural de Sierra Morena y varios familiares de los desaparecidos. A las cuatro y cuarto de la tarde, el equipo localizó a uno de los ciclistas en la pista forestal de la Cabrera, en estado de deshidratación y profundamente agotado.

Los policías le suministraron agua y zumos con el fin de hidratarlo. Su interlocutor los informó de que sus dos compañeros se encontraban en muy mal estado en las proximidades del curso del río Jándula. También les dijo que él había decidido continuar para procurar auxilio. “Llegamos a la zona y continuando por una pista forestal nos encontramos, a unos dos kilómetros, a uno de los chicos que había ido en busca de ayuda. El muchacho tenía los labios agrietados y se veía muy cansado por el calor que hacía”, señaló José Manuel. Distribuidos por equipos y sectores, los dos integrantes de la Guardia Civil y los tres de la Policía Nacional, junto con los guardas forestales, emprendieron coordinadamente la búsqueda; ayudados con las indicaciones del joven, acabaron en el Jándula. “Cuando llegamos al río el muchacho nos dijo que no le sonaba de nada el lugar, que no lo conocía. Lo tranquilicé y le pregunté que dónde querían llegar. Me dijo que iban para el santuario y como conozco la zona le fui recordando el recorrido que podían haber hecho. Con los agentes de medio ambiente nos fuimos moviendo hasta que empezamos a escucharlos”, manifestó el agente del cuerpo policial.

Pasada algo más de una hora desde el hallazgo, los agentes conseguir dar con los otros compañeros de ruta del ciclista, que esperaban ayuda. Apenas tenían fuerzas y se mostraban muy debilitados por el calor y la circunstancias del episodio. Por ello, la aparición de los agentes resultó vital para que pudieran contarlo.