“Cabreo” en Cazalilla por la conducta del Obispado

El alcalde expresa el descontento vecinal con la actitud de la Iglesia, que impidió el tradicional lanzamiento de la pava

07 feb 2016 / 11:20 H.

El alcalde de Cazalilla, el socialista Manuel Jesús Raya, mostró su malestar, en particular, y el de sus vecinos tras la decisión del vicario general de la Diócesis, Francisco Juan Martínez, de no permitir el uso del campanario de la iglesia de Santa María Magdalena para la tradición de lanzar desde allí una pava cada 3 de febrero.

Así lo trasladó a Europa Press el responsable, quien aseguró que “no comparte la postura” del Obispado jiennense contra esta tradición del municipio durante las fiestas de San Blas. Añadió que, tras las declaraciones de Martínez, el pueblo se siente “bastante cabreado” con la Iglesia.

La imposibilidad de acceder al campanario hizo que el pasado miércoles la gallinácea no pudiera ser arrojada desde la torre como ocurría cada 3 de febrero con motivo de las celebraciones del patrón. A pesar de ello, el animal se mantuvo como protagonista cuando apareció llevado por un hombre que lo paseó entre la multitud, como poco después ocurrió con el segundo ejemplar de la especie.

El Partido Animalista (Pacma) emprendió, hace más de un mes, una intensa campaña que culminó con la paralización del lanzamiento el pasado miércoles. La organización recogió más de 50.000 apoyos, que se presentaron a la Junta y al Obispado de Jaén para que no permitieran que se produjera el lanzamiento desde el campanario del templo cazalillero. También solicitó medidas cautelares en un juzgado de Jaén, cuyo rechazo se recurrió ante la Audiencia Provincial a la espera de que se desautorice el lanzamiento de la pava por tratarse de un caso de maltrato animal, de modo que se evite en futuros años.

Por su parte, el obispo, Ramón del Hoyo, recalcó que el asunto es “totalmente ajeno a la Iglesia” y pertenece al ámbito de “otras instituciones públicas”. “La parroquia se ha limitado a atender a los fieles en los actos de culto con una preparación, una misa, una procesión y punto final”, indicó el máximo responsable de la Diócesis.