Donde se inspiran los pintores

Me gusta la pintura que me hace querer pasear en ella”, dijo Renoir, el gran impresionista que de haber pasado por Hornos de Segura hubiese instalado aquí su estudio permanente para observar los cambios de la luz sobre el paisaje. Nunca pisó este pueblo, pero sí lo hicieron clásicos de la paleta jiennense como Rufino Martos, Francisco Cerezo y Miguel Viribay, entre otros, que interrumpieron tan bien, sobre el lienzo, la belleza del municipio que dan ganas de adentrarse en sus cuadros y perderse en ellos. ¡Qué hermoso mirador hacia el cielo serrano este lugar manriqueño, qué misterioso silencio el del Soto de Arriba, hundido de la tierra bajo el agua del Tranco! “Hornos, mi pueblo querido, / lejos de ti suspirando / he vivido recordando / mi paraíso perdido. Yo no quería perderte / y te perdí sin querer, / remedio no puede haber, / solo me queda quererte” //. Así le cantó María de la Cruz Muñoz, llena de esa nostalgia que solo dejan los espacios imprescindibles.