Educación para cambiar la vida de las personas

Mengíbar celebra el 35 aniversario de las escuelas de adultos

12 dic 2018 / 11:24 H.

La educación debe servir para cambiar la vida de las personas”. La afirmación es de Martín Lerma, profesor del centro de Educación Permanente de Villatorres. Él y sus alumnos lo demostraron con su testimonio en el acto por el trigésimo quinto aniversario de la Educación Permanente, que se celebró en Mengíbar con una jornada-encuentro provincial de experiencias educativas en este campo. “Los veo felices”, defendió el docente, en referencia a sus alumnos los que, gracias a la escuela de adultos, dieron el paso a acceder a la universidad a través de las pruebas para mayores de 25 años. De hecho, este centro fue pionero en Andalucía: fue el primero de un municipio de menos de 5.000 habitantes en integrar estos estudios. Hoy en tercero de Derecho —contó Cati López Paredes—, si mira hacia atrás este momento de su vida como lo hubiera visto como un sueño inalcanzable. Ciudadora de personas mayores y madre que cría a su hijo sola, decidió probar suerte en el examen, animada por su profesor, y llegó a la Universidad de Jaén. “Martín confiaba en mí, yo no, y me animó. Pasé muchísimos nervios en el primer cuatrimestre y lo aprobé todo incluso con notables”, contó. A Martín, dijo, le agradecerá toda la vida el empujón. “Ahora voy a opositar. Yo creo que lo puedo sacar”, dijo. Y entre el público le espetaron: “¡Seguro!”, entre aplausos. Esta fue una de las experiencias compartidas en esta jornada, cuya clausura presidió la consejera de Educación, Sonia Gaya. A lo largo del día, también hubo otras ponencias como, por ejemplo, el recorrido de los antiguos Institutos de Educación Permanente, a cargo de Pilar Álvarez Collado, y el papel de la enseñanza de idiomas en los centros de adultos, con el director de la Escuela de Idiomas Sierra Morena de La Carolina, Desiderio López. Los destinatarios de estas experiencias fueron unos ochenta profesores de los centros de la provincia.

Precisamente Jaén, como dijo la consejera en el cierre del acto, tenía que acoger este acto de reconocimiento a los 35 años de educación permanente porque aquí viven sus “azotes”, como se refirió a dos comprometidos luchadores por esta apuesta educativa, Antonio Santos y Enrique López. Quiso también Sonia Gaya recordar que, si en su origen en 1983, fue una herramienta de cohesión para la igualdad territorial y social, en un momento en el que la tasa de analfabetismo era del 18%, su transformación posterior la ha hecho avanzar mucho. Y se dirigió a los docentes: “Sois ejemplo y quizá hay un denominador común vuestras intervención u es la capacidad de motivar y crear autoestima en los alumnos. Ojalá que esa filosofía se traslade a otras enseñanzas”. La clausura estuvo también protagonizada por el diputado provincial Manuel Hueso y el alcalde de Mengíbar, Juan Bravo. “Alguien creyó que era necesaria y posible la educación permanente hace 35 años. Esa fue una apuesta, de entre otros, de Antonio Pascual. Por ello, como reconocimiento, aprobamos en pleno su nombramiento como padrino de la educación permanente”, explicó el alcalde. Precisamente en este acto se realizaría este homenaje pero, como excusó Bravo, problemas de agenda impidieron al exconsejero de Educación asistir al acto.