El Evangelista llena de fervor y devoción los rincones de Lupión

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El ambiente que se respiraba el pasado jueves en las calles de Lupión era único. El municipio de la comarca de La Loma, fiel a su cita con San Marcos, volvió a celebrar el 25 de abril su festividad en honor al Santo. La agradable temperatura primaveral acompañó a las fieles y devotas de la imagen, que de manera progresiva comenzaron a reunirse en la Plaza del Ayuntamiento para venerar a San Marcos en esta fiesta tan singular. Como no podía ser de otra manera, la ceremonia religiosa comenzó con la Bendición de los Roscos de Caridad, unos dulces que hacen las delicias de cualquiera que los pruebe. Unos rosquillos de pan hechos con harina de trigo duro y matalahúga, costeados por todo el pueblo y que, según marcaba la tradición, eran repartidos al vecindario por los “quintos”, una docena de mozos que eran “medidos” y dados aptos para ir al servicio militar en los reemplazos de ese año. “Siempre pedimos colaboración en el pueblo para poder financiar los roscos, es una forma de contribuir a que no se pierdan las costumbres”, declara Mari Pérez. Marina Galiano pone el foco en que, aunque antes era una fiesta para los soldados, ahora son las mujeres quienes se han hecho cargo.

Ahora los “quintos” ya no existen, pero tienen unas increíbles guardianas de su legado. Se trata de las integrantes de la Asociación de Mujeres de Lupión, sin las cuales esta fiesta no sería igual. “Las mujeres de la asociación vivimos esta fiesta con mucha ilusión, nos gusta mucho hacer las rosquillas para luego repartirlas por todo el pueblo”, asegura María Dolores Pérez. Tras la bendición, tuvo lugar la Santa Misa en honor de San Marcos, acto que precedió al comienzo de la procesión, en la que los fieles –la mayoría mujeres– llevaron en volandas a su Santo por los distintos rincones del pueblo, que se llenaron de fervor y devoción. Uno de los momentos más significativos del recorrido se produjo cuando se colocó a San Marcos mirando al campo, instante en el que se aprovechó para pedir por las próximas cosechas. Florentina Franco es una de las mujeres que lleva años organizando estas fiestas, “un momento muy importantes para las integrantes de la asociación”. Una enorme ilusión para vecinas como Antonia Rus, que esperan que la “gente joven recoja nuestro legado y siga con ellas en el futuro”.