El incendio de su casa mata a un hombre mayor en Fuensanta

Una escena angustiosa. Un anciano de setenta y nueve años, Juan P. C. perdió la vida como consecuencia del incendio de su domicilio, situado en el callejón del Endrino de Fuensanta. Mientras, su esposa, Amparo M. R., de setenta años., y un nieto, un niño de doce que vive en Martos pero pasaba esa noche allí, tuvieron que recibir asistencia sanitaria como consecuencia de la inhalación de humo.

El fuego se declaró en torno a las tres menos diez de la madrugada de ayer, según todos los indicios en un brasero —que, al parecer se quedó encendido— en la mesa camilla de la salita, en la planta baja. Las tres personas dormían en esos momentos. Las llamas fueron detectadas por unos jóvenes que volvían de las fiestas de Carnaval. Con rapidez, se movilizó a vecinos, familiares, representantes del Ayuntamiento —encabezados por la alcaldesa, Francisca Molina—, profesionales sanitarios, la Policía Local, la Guardia Civil y los Bomberos del Parque de Jaén. Mientras, desde dentro de la casa se solicitaba ayuda a los presentes. Las tres personas habían quedado atrapadas en la planta superior y no pudieron acceder hasta el balcón situado en uno de los laterales.

La virulencia de las llamas impidió a los fuensanteños penetrar en la vivienda. Sin embargo, la colocación de una escalera posibilitó que el niño pudiera bajar sano y salvo. Posteriormente, los agentes de extinción salvaron a Amparo M. R. También rescataron a Juan P. C., aunque, a pesar de los intentos de reanimación que se prolongaron media hora, no pudo evitarse la defunción. La esposa y su nieto fueron evacuados para recibir asistencia hospitalaria. En torno a mediodía recibió el alta el niño y luego la mujer mayor. Ambos están fuera de peligro, aunque Amparo M. R. debe aplicarse un tratamiento durante unas semanas por sus molestias en la garganta. Por otro lado, hubo que aplicar oxígeno, como una medida para prevenir una posible inhalación de gases resultantes de la combustión, a varias personas que intentaron cooperar en las tareas de extinción y de auxilio. En cuanto a los daños en el inmueble son severos. Se investigan las circunstancias concretas del trágico suceso.

Francisca Molina subraya la “diligencia” con la que obraron las Fuerzas de Seguridad, los sanitarios, el personal municipal y los fuensanteños que acudieron hasta el lugar. Agradece la actitud de todos.

Manuel P. C. era originario de la aldea de El Regüelo, situada a unos cuatro kilómetros del casco urbano, pero vivía desde hacía mucho tiempo en Fuensanta. Se trataba de una persona muy conocida en el municipio, donde se valora su carácter afable y su sencillez. Estaba jubilado y había trabajado durante casi toda su vida en la agricultura. El anciano era padre de tres hijos y contaba con varios nietos y bisnietos. El funeral está previsto para las once de esta mañana en la parroquia de Nuestra Señora de la Fuensanta. El cadáver se vela en las instalaciones del Tanatorio Municipal.