El pregón da el pistoletazo de salida a unas fiestas con fuego

Los vecinos se vuelcan con su patrón en una explosión de júbilo y petardos

02 feb 2018 / 09:00 H.

El teatro de La Puerta de Segura fue construido en 1928 y es representativo del eclecticismo dominante de la época, pero recientemente fue remodelado, actualizándolo y respetando su estructura. Su peculiaridad estriba en su tipología y distribución espacial con una planta circular. Este centro de la cultura acogió el pregón que, en esta ocasión, lo pronunció Rosa Margarita González Pérez, quien reivindicó una mayor presencia e implicación de la mujer en las fiestas. Previamente se proyectó un vídeo con imágenes de la procesión, los petardos y carretillas, y las fiestas, con patio de butacas y anfiteatro a rebosar de un público, mayoritariamente joven, que continuamente lanzaba vivas a San Blas y entonaba la cantinela: “San Blas es cojonudo, como San Blas no hay ninguno”.

El acto estuvo presentado por Rafael Hidalgo Valenzuela, funcionario que lleva afincado 40 años en La Puerta de Segura. Durante el mismo, el director de Diario JAÉN, Juan Espejo, presentó la medalla de San Blas que se entregará en el municipio con cada ejemplar del periódico. Como en el vídeo proyectado la pólvora tenía un papel primordial, Juan Espejo confesó a los asistentes: “Yo soy quien tira los cohetes en el periódico, os podéis hacer una idea de lo mucho que me gusta esta fiesta”. Añadió que, con la medalla de San Blas, el periódico quería estar también presente. Tras el pregón, la fiesta se trasladó a El Barco, en pleno río Guadalimar, con una espectacular tronada que fue sufragada por negocios y comercios del municipio.

Mañana, festividad de La Candelaria, comenzará con una simbólica batalla de pólvora en la calle Pablo Iglesias, donde se tirarán petardos y carretillas. Los niños, por la tarde a las cinco, disfrutarán de una merienda y cohetes. A las siete de la tarde se oficiará la misa en la parroquia de San Mateo, con la bendición de las candelas. La procesión será mañana tras la misa, a las 11:00 horas.

Tres peñas que hacen grande la festividad

La Puerta de Segura tiene una fuerte tradición peñista. En este municipio no existe la hermandad ni la cofradía de San Blas. Existen peñas y hay tres. Una de ellas hace honor al santo y lleva su nombre, San Blas. Las otras dos tienen más que ver con los petardos y los fuegos artificiales, que son también los grandes protagonistas: Estruendo y La Chispa. Las tras, al alimón y en estrecha colaboración con el Ayuntamiento y la Concejalía de Festejos, son las organizadoras de estos tres días de fiesta, que, en La Puerta de Segura tiene una singularidad sin parangón.

Un santo al que todos reclamaban como suyo

Cuenta la tradición que la imagen de San Blas fue encontrada en una cueva que se halla en lo que hoy es término municipal de Puente de Génave, que entonces era una pedanía de La Puerta de Segura. Una vez que Puente de Génave se independizó, los vecinos quisieron llevarse la imagen a su pueblo a lo que se opusieron los porteños y la imagen permaneció en La Puerta. La tradición dice que fue encontrada el 10 de febrero de 1565 por los gañanes Juan José Sánchez, natural de Beas, y por Antonio Ramírez, natural de La Puerta. El primero la reclamaba para su pueblo por haber sido él quien antes la tocó, mientras el segundo mantenía que era para el suyo por haberse encontrado en su término. Esto dio lugar a no pocas disputas, siendo muy peculiar, una vez que la imagen quedó ubicada en La Puerta, la de la obligación de los llamados comisarios de la fiesta, de ambos pueblos, de entregar a los mayordomos que la organizaban cada año una carga de vino, pan y carne para hacer la caridad, dos celemines de harina para hacer buñuelos, y otros tres de garbanzos tostados para ser repartidos entre todos los asistentes. Con el tiempo otros la fiesta de San Blas creció. Se la relaciona con la Purificación de María o Candelaria, que la precede, ya que el fuego y la pólvora son elementos sustanciales. También en la víspera de San Antón se bendecía la “caridad” o pan que había de ser entregado a los pobres y encender hogueras en honor del santo.