El tipismo de un pueblo con vistas al futuro
Los encantos del municipio de la comarca de Sierra Mágina hacen de Jimena un espacio para el deleite
Cinco siglos hace que el marqués de Santillana cantó al olivar de Jimena, y ahí sigue ese campo suyo plagado de aceituna y de brazos que trabajan cada día desde la tradición hacia el porvenir. En eso andan los jimenatos, que ven cómo sus mayores pasan su tiempo sin prisa, de la casa al hogar del jubilado, de paseo por la plaza o en tertulia, mientras los más jóvenes pugnan por abrirse camino lejos de su patria chica o intentan no alejarse de ella ni para ganarse la vida. Es el argumento común de la vida diaria de muchos pueblos de la provincia jiennense, con la salvedad de que, en Jimena, el escenario cotidiano es todo un privilegio sobre el que se desarrolla su existencia es todo un privilegio de la creación.
Una veintena de colectivos entre asociaciones de todo tipo —femeninas, deportivas, vecinales, juveniles, recreativas, escolares...— dinamiza la actividad del pueblo desde numerosos puntos de vista, pero todos con un mismo objetivo: engrandecer el municipio con su particular aportación. Ocurre todo esto en un territorio donde el tipismo es consustancial, como evidencian los balcones copados de flores, las fachadas blanquísimas, tantas cosas que haría falta una enciclopedia de la belleza para contenerlas.
Por si fuese poco, sus senderos llevan hasta lugares para no perdérselos, como la cueva de la Graja, un monumental santuario de arte rupestre cuya contemplación sobrecoge. Tiene, en pleno corazón urbano, una iglesia fantástica, dedicada a Santiago el Mayor, del siglo XVII, donde la Virgen de los Remedios recibe la veneración de los suyos cuando, en septiembre, es traída desde su ermita en espera de la romería, cuando regresa a Cánava. Los amantes de las emociones fuertes tienen en los festejos taurinos de esos días una cita ineludible. Mayo es otro de esos momentos en los que hay que ir a Jimena, para ver sus populares tíos de ricia, muñecos graciosísimos originales de los tiempos de Carlos III.
Entretanto, hasta la llegada de sus fiestas, los jimenatos siguen esmerándose en que sus calles árabes maravillen como maravillan a quienes se ven envueltos por su belleza antigua, indescriptible.
El Día de Andalucía fue de doble celebración para los jimenatos, como expresó su alcaldesa, que inauguró el nuevo Centro de Participación Activa del municipio. “La Diputación ha invertido 116.000 euros para la gente de Jimena con estas nuevas instalaciones”, indicó.
Alrededor de setenta socios forman el Moto Club de Jimena, fundado en 2012. Según su presidente, salen en moto los fines de semana, celebran una fiesta anual y acuden a citas moteras fuera de la provincia. Esta afición, en palabras de Rafael Torres, está muy arraigada en Jimena.
Preside el CD Jimena, club nacido este mismo año. Con categorías para todas las edades, la entidad jimenata encauza los deseos de una “afición muy buena y fiel”. Moreno dice que aún juegan en campo de albero, algo que esperan cambiar pronto por un terreno de césped.
El Hogar del Jubilado de Jimena tiene, según Martín Lozano, 147 socios y unas instalaciones “muy buenas”. “Estamos muy contentos”, dice. En ellas, los usuarios se entretienen a diario con el dominó y otros juegos, como las damas y el “julepillo”, concluye Lozano.
La música es una afición muy arraigada en Jimena, como atestigua el director de la Asociación Musical Fuente de la Estrella, con unos treinta y cinco miembros. Dice que, aunque actualmente actúan solo en el pueblo, su intención es llevar su música fuera del municipio.
Junto con el Pinar de Cánava y la cueva de la Graja, dos “clásicos” ya en el repertorio turístico jimenato, los soldaditos de plomo de Vartal Artesanos serán uno de los principales reclamos de la próxima “Feria de los Pueblos”.