Espléndida devoción a San Ginés

Vecinos y visitantes se echan a la calle en el día grande para la procesión y compartir una paella

26 ago 2017 / 11:17 H.

Benatae triplica, en estos días, su población. Muchos de aquellos naberos que, a mediados del siglo pasado, tuvieron que dejar este privilegiado rincón de la sierra, vuelven estos días, con sus hijos, y también nietos, para cerrar ese eterno círculo que conforman el exilio y el retorno. “La celebración supone, sobre todo, un reencuentro con muchos de los vecinos que se marcharon hace años y regresan para disfrutar de la celebración. También son muchos los residentes en municipios de las inmediaciones los que participan con nosotros en las fiestas”, explica su alcaldesa, María Francisca Espinosa. De esta forma, San Ginés, sus familiares, vecinos y amigos de toda la vida los esperan para vivir algunos de los días más alegres del año y, además de los populares encierros de vaquilla de esta semana, el día grande, con el patrón en la calle, fue buen ejemplo de ello. Los naberos se volcaron en su procesión y disfrutaron de la feria de día, una de las apuestas más importantes de la organización para este año.

Acompañado por la música de Los Pizarrines, San Ginés de la Jara, tenido por la fe popular como el protector que curaba milagrosamente a los herniados, salió en procesión arropado por los naberos, en torno al mediodía, tras la celebración de la misa. Recorrió las calles seguido por la comitiva, en un gran ambiente festivo. Una de las novedades de este año, como explicaba la alcaldesa, María Francisca Espinosa, era devolver el tradicional guiso para invitar al pueblo: “Llevábamos unos años en los que el día de San Ginés no dábamos la tradicional carne de la vaca, pero este año, en vez de cocinar esta carne, lo que se va a preparar es una paella e invitaremos a todo el pueblo a degustarla”. Y así fue, bajo los árboles centenarios de la Avenida República Argentina, en una sombra que se agradecía en estos calurosos días de agosto, trabajadores del Ayuntamiento de Benatae y voluntarios prepararon el arroz del que dieron buena cuenta los naberos y visitantes. Allí también se organizó una exposición de artesanía y una tómbola para sacar dinero para la lucha contra el cáncer, organizada por la asociación de Benatae. Estas actividades, como destaca la alcaldesa, se plantearon para darle un poco más de vida al pueblo durante el día grande: “Durante las jornadas de los tradicionales encierros todos los vecinos están en funcionamiento, pero el día San Ginés se nos quedaba un poco corto y en cuanto terminaba la procesión todo se quedaba vacío, y hasta la verbena de por la noche no había prácticamente actividades. Entonces surgió esta idea, para que este día fuese aún más festivo y una celebración mucho más grande de lo que ya era”. Y así lo consiguieron. De hecho, el movimiento de estos días es la que le gustaría a la representante municipal para sus calles todo el año: “El ambiente del pueblo ahora mismo es como a una le gustaría que estuviese siempre, lleno de gente”.

Una de las señas de identidad y mayor atracción son los encierros. En esta ocasión, han contado con reses de la ganadería de José Antonio Rubio, “Carmelo” y la música de Los Pizarrines de La Puerta de Segura. Esta es una costumbre arraigada en la Edad Media, como refleja su historia, cuando las reses llegaban desde Orcera hasta la ya desaparecida ermita de San Ginés de la Jara, presididas por el estandarte de la hermandad que corría delante de ellas. Las vaquillas se sacrificaban finalmente y, con su carne, se preparaba una caldereta que se repartía entre todos los asistentes.

Asimismo, las verbenas son otra de las señas de identidad de los momentos más lúdicos de la celebración. En los últimos días, han contado con los grupos Arion y la Orquesta JDM y hoy, como último día, subirán al escenario Marcial Sánchez y el grupo Hipanema, para bailar y disfrutar hasta que el cuerpo aguante, que San Ginés acaba hasta 2018.