“Esto no es el final de una meta”

Los trabajadores rinden homenaje al fundador de Grupo Alvic, Alejandro Rosales

14 dic 2015 / 12:18 H.

Es la viva imagen del esfuerzo, sacrificio, trabajo, tesón, y, sobre todo, de la ilusión por emprender un camino distinto. Su vida no ha sido nada fácil. Ya lo dijo su hijo, Javier Rosales. Tuvo que emigrar en tiempos de posguerra. Y vio en la dificultad una oportunidad, que lo ha llevado por la vía del éxito. Alejandro Rosales, fundador de Grupo Alvic, es todo un ejemplo y referente para el resto. Su familia, sus hijos y, sobre todo, sus trabajadores le rindieron un cálido homenaje, porque sin él la celebración del cincuenta aniversario de la empresa no hubiese existido.

Sobre el escenario, visiblemente emocionado, y ante la mirada y los aplausos de sus cerca de setecientos empleados, recogió, de manos de uno de sus hijos, Javier Rosales, una placa conmemorativa y un ramo con cincuenta rosas, una por cada año de la firma. Posteriormente, el alcaudetense, acompañado de su esposa Mercedes Pérez, si dirigió a todos los presentes, a quienes agradeció eternamente su asistencia a este acto tan importante para él y para su familia. “Poco más tengo que decir a lo que ya ha manifestado mi hijo ante ustedes. Solamente, quiero deciros una cosa, todo esto no hubiera sido posible sin todos vosotros. Esto es una ilusión que pocas personas reciben, porque llegar aquí no es el final de la meta, pero sí una meta conseguida. Y yo puede decir que gracias a Dios y pese a todas las dificultades de salud que he tenido hoy me encuentro aquí para poder agradecer todo lo que hemos hecho por nuestro pueblo de Alcaudete, por La Carolina, Vic (Barcelona) y por toda nuestra querida España”, expresó.

Alejandro Rosales no se bajó del escenario sin antes mostrar su orgullo por haber dirigido a un equipo y a unas personas tan extraordinarias que forman la plantilla. Tras el homenaje de sus propios hijos fue Obdulio Palomino quien, en nombre de todos los trabajadores, le entregó un olivo de plata. Los aplausos y la plantilla al completo en pie demostraron, una vez más, la admiración hacia Alejandro Rosales, un hombre cuya filosofía de vida está basada en el trabajo y la clave del éxito, para él, se encuentra en la constancia, en ofrecer la máxima calidad, la última tecnología. Alejandro Rosales es “una cabeza bien amueblada” cuyas ideas dan la vuelta al mundo.