Estrategias para potenciar la exportación del aceite
El seminario debate sobre el futuro del sector oleícola fuera de España
Yo creo que la competencia no debe considerarse nunca un problema, el problema es la incompetencia que podemos tener nosotros con vistas a desarrollar estrategias para poner en valor los productos del aceite de oliva para que en el mercado adquiera el precio que le corresponde”, sostiene José Antonio Gómez-Limón, catedrático de la Universidad de Córdoba en el Departamento de Economía Agraria y uno de los directores del curso “Estrategias para una oleicultura más competitiva en un mercado global”.
El objetivo que tiene este curso es analizar la situación del aceite de oliva en de todo el mundo y buscar nuevas fórmulas que permitan exportar estos productos dentro de un mercado que es global.
“Es un proyecto que viene de lejos porque vimos que se estaba avanzando mucho en el sector del aceite de oliva y en su comercialización y estrategias empresariales”, afirma Gómez-Limón.
A su vez, agrega que es necesario potenciar una serie de estrategias que ayuden a que el aceite de oliva pueda expandirse fuera de España. Entre estas estrategias se encuentran aspectos de gran importancia como conjugar la rentabilidad económica con una sostenibilidad medioambiental, valorizar el aceite y sus componentes, pasando por la calidad y aspectos como poner en valor el territorio y la sociedad rural que hay detrás de este producto. También es importante que se apuesten por las nuevas tecnologías en el sector. “El aceite de oliva se puede vender de muchas maneras, no existe una que sea la buena, hay que completarlas todas. Lo importante es incorporarle a cada producto su nicho de mercado adecuado. Algunos deberán seguir siendo competitivos en el precio y otros tendrán que buscar calidades diferenciales. Esa diferenciación, a través de la calidad, es otra estrategia fundamental para el futuro del sector”, señala Gómez-Limón. En el ámbito exterior, este catedrático de Economía Agraria defiende que el aceite de oliva no es totalmente conocido y que es necesario enseñar sus características en comparación con su competencia exterior.
“Uno de los problemas del aceite de oliva es que, aunque es un producto con el que nosotros hemos convivido tradicionalmente, no supone más allá del 2% del consumo de grasas en el ámbito mundial. Es un producto a nivel global muy minoritario, entonces hay que enseñarlo, primero por sus características, ya que es un alimento excelente comparado con los competidores. Hay que explicar lo que hay detrás del producto, se trata de un zumo natural de fruta. Eso no lo comparte ninguna otra grasa, es un líquido sano, ecológico y yo creo que cuando entienden todo lo que hay detrás del producto y lo valoran se le abre las puertas”, defiende sobre el lugar del aceite de oliva fuera de España.
Además, sostiene que el objetivo no es que el aceite sea la grasa más abundante, sino aumentar la cuota de mercado produciendo valor en el producto.