Hallado el cadáver de un feto en un domicilio de Alcaudete

La Guardia Civil investiga las circunstancias de un caso pendiente de la autopsia

13 mar 2019 / 11:00 H.

Una cesárea de un aparente parto prematuro con un solo feto y dos cordones umbilicales. Este fue el detalle que hizo saltar ayer todas las alarmas en el Hospital Materno Infantil de la capital de un extraño caso del que la Guardia Civil investiga las circunstancias en las que se produjo. Agentes de este cuerpo localizaron, horas después, en el domicilio de la mujer, en Alcaudete, el cadáver del feto.

Todo comenzó durante la madrugada de este martes, cuando los propios familiares de la embarazada alertaron al servicio de emergencias 112 de que se sentía indispuesta. Desde su domicilio, una ambulancia trasladó a esta mujer, de 37 años de edad, directamente al Hospital Materno-Infantil de Jaén. Allí, ingresó con un aparente parto prematuro. Durante la cesárea, nació vivo, según pudo saber Diario JAÉN, un varón, con una gestación de entre 26 y 28 semanas, lo que serían algo más de seis meses. Horas después, permanecía ingresado en la UCI neonatal de este centro hospitalario. Pero, además, los sanitarios, durante la operación, advirtieron de que la mujer tenía dos cordones umbilicales. Preguntada la madre por el destino del otro feto, dijo que lo había expulsado en su casa. Así, desde el centro hospitalario, se dio inmediatamente aviso a las autoridades para su investigación.

Los agentes de la Guardia Civil desplazados hasta el domicilio, que se sitúa en la conocida como cuesta de los Zagales de Alcaudete, encontraron el cadáver de un feto, también un varón. Este, como supo este periódico, se encontraba dentro de una bolsa, en una habitación distinta de donde se habría producido, supuestamente, el aborto, apenas unas horas antes. La mujer, al parecer, no era consciente de que su embarazo era gemelar y no dijo nada a los sanitarios del primer feto, hasta que fue preguntada tras la cesárea. La autoridad judicial desplazada también hasta el lugar procedió a su levantamiento y a autorizar su traslado a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal (IML), para practicarle la autopsia y determinar las causas de la muerte. Al parecer, según fuentes cercanas a la investigación, tras un primer análisis, el feto no presentaba símbolos externos de violencia, por lo que los primeros indicios apuntan a la explicación de que ya nació muerto.

La madre, de origen rumano y con otros dos hijos más, permanecía ingresada en el Hospital Materno-Infantil, como confirmaron fuentes sanitarias. Será la autopsia, junto con la declaración de la madre y el resto de familiares, la que revele definitivamente cómo sucedieron los hechos de este caso que conmocionó a la sociedad jiennense y confirme las circunstancias del aborto.