La Rábita, la aldea más fronteriza
La Rábita es un enclave singular. Un núcleo de población de la Sierra Sur de Jaén que es pedanía de tres municipios: Alcalá la Real, Alcaudete y Priego de Córdoba.
Y, por tanto, pertenece a dos provincias, la de Jaén y la de Córdoba. De hecho, tres de las casas del casco urbano están en el término de Priego. La Rábita es un enclave fronterizo, en el pleno sentido del término. Por un lado, su historia comulga con el territorio de frontera en la época de Al-Andalus y, hoy día, sus calles son límites pues solo un paso dista de que uno esté en Alcalá la Real, en Alcaudete o en Priego.
Otra curiosidad de este núcleo de población es su toponímico, La Rábita, que también nos traslada directamente a Al-Andalus. La palabra procede del árabe clásico “ribat”, que significa edificio fortificado habitado por religiosos musulmanes. Esto, pasado por el filtro del dialecto andalusí, que era algo así como lo que hace el andaluz con el castellano, ha dado toponímicos con solera como La Rábita (Granada), San Carlos de la Rápita (Tarragona), La Rábida (Huelva), Arrábida (Portugal) y Rabat, la capital de Marruecos. Todos ellos municipios junto al mar, y La Rápita jiennense, como no podía ser menos, también tiene su mar... de olivos. Montes y montes de olivar que recuerda a las olas marinas, solo que muchas de sus cimas están coronadas por bosquecillos de pinos residuales que han sobrevivido a la tala para dejar espacio a más olivos.
La de La Rábita es una carretera de montaña, en el pleno sentido del término, la JA-4305 de la Diputación Provincial de Jaén. Para llegar allí hay que pasar antes por Sabariego. La Rábita es un lugar tranquilo, de agradable convivencia. En cierta ocasión, cuentan los lugareños, se formó un revuelo a raíz de un sondeo para sacar de agua que secó la fuente de La Malagüilla que era un emblema para los rabiteños y toda la comarca. Su agua era muy apreciada por el alto contenido en carbonatos, y era muy adecuada tanto para la digestión como para cocer legumbres, ya que las hacía más tiernas y agradables de comer. Otra curiosidad de esta aldea es que es un referente para otras pedanías vecinas como Sabariego, El Escarchalejo, Las Grajeras, San José o Los Canales.
En La Rábita se concentran tanto las actividades comerciales, como sociales y festivas. En sus proximidades existe una laguna natural, hoy desecada por los excesos de regadío, que fue lugar de juegos para adolescentes. Como tantos pueblos de la provincia de Jaén, La Rábita vivió la sangría de la emigración y hoy muchos de sus hijos están afincados principalmente en Cataluña, en pueblos costeros como Pineda de Mar, Calella o Lloret de Mar.