José Luis Criado, pregonero de la romería de la Virgen de la Cabeza 2024: “Siento su gracia en cada carrera”

LA ENTREVISTA

El copiloto jiennense José Luis Criado es el encargado de pregonar la romería de la Virgen de la Cabeza de este año. Será esta tarde, alas 18:30 horas, desde el Teatro Principal de Andújar.

—¿Cuál es su historia en torno a la devoción a la Santísima Virgen de la Cabeza?

—Yo nací en Arjona, pero me crié en Andújar porque mis padres nos llevaron a todos a estudiar allí porque había instituto. Aun así la tradición venía de lejos porque mis abuelos habían sido hermanos mayores de la Virgen de la Cabeza en el año de la Coronación, mis padres también lo fueron, y como sabes, la Virgen tiene una gran ascendencia en la comarca, y en Arjona tiene una gran influencia. Ahí están las raíces, mis padres me regaron y yo he ido creciendo. De ahí mi devoción a la Virgen.

—¿Qué es lo que más le llama de las jornadas de romería?

—Es el reencuentro con tus raíces, recorrer nuevamente todos esos rincones en los que tú has disfrutado. Decía alguien que la infancia es la patria de la felicidad, y es cierto. Cuando eres pequeño lo disfrutas todo, lo ves todo muy grande y todo lo quieres alcanzar. Y si tienes la suerte de tener unos padres que te han educado en la fe, hace mucho. Lo que más me atrae es encontrarme con la gente, la devoción, el fervor, la música, la emoción, en definitiva, y por supuesto la familia. Tanto mi familia de sangre como mi familia parental, con mi mujer y mis hijos, son unos días de disfrute pleno y de mucha gracia.

—Como piloto, ¿ha tenido presente a la Virgen en tantas y tantas carreras como las del Dakar?

—La Virgen siempre ha estado presente en todos nuestros vehículos y lo estará si Dios quiere el tiempo que todavía sigamos corriendo estas extraordinarias carreras y viviendo esta maravillosa aventura. Muchas veces he sentido su influjo, ese yugo invisible que me ata a ella y a esta divina tierra que es Andújar. Siempre nos encomendamos. Llevamos un estadal en la barra derecha de donde yo voy, y ya es centenario casi. Llevo 33 años en el Dakar, y nos ha acompañado en los 33. La frase “José Luis toca a la Virgen” ya se ha hecho recurrente y es conocida por prácticamente toda la gente del Dakar”. La Virgen de la Cabeza es ya internacional, y sí que influye. Cuando hay una zozobra, un peligro, un momento de mucho riesgo, sentimos su gracia.

—¿En qué momento le proponen ser pregonero de la Virgen de la Cabeza?

—Esto comienza una tarde de romería, precisamente. Un viernes, cuando iba para calzarme mis zahones y preparar al caballo para darme un paseíllo por la tarde, que me encanta porque vas sin presión, paseando por el pueblo, saludando a los amigos. Yo iba hacia casa y debajo, en el mercado de la Plaza de España, estaba el que hoy es alcalde, Paco Carmona, con varias personas de la Junta de Andalucía. Allí les dijo “este será mi primer pregonero si yo soy alcalde”. Y así fue, Paco y yo, que somos compañeros de estudios, amigos de muchas trastadas, compañeros de equipo en deportes como el voleibol o el balonmano; un día me llamó y me recordó lo que dijo aquella tarde. Los políticos normalmente no cumplen sus promesas pero Paco la verdad es que sí. Acepté el reto, y espero ser merecedor de la encomienda que me han asignado.

—¿Qué mensaje quiere transmitir con su pregón esta tarde?

—Yo no voy a hacer un pregón de grandes palabras grandilocuentes ni un pregón intelectual, que podría hacerlo. Yo quiero transmitir a la gente lo que yo siempre he sentido, acercarles a la Virgen de la cabeza a través de mi testimonio, de tantos caminos hechos a caballo, o andando. También mostrar a las personas que por primera vez visiten nuestra tierra qué es la Virgen de la Cabeza, cual es su camino, que a través de ella vamos a nuestro señor Jesucristo. Que la devoción está ahí y no es misticismo, es auténtica devoción y cariño a la Madre de Dios.

—¿Siente nervios?

—Mi hija me preguntaba lo mismo, y la verdad es que no. Siento el peso de la responsabilidad, de que es una encomienda importante. Siento el peso del momento, la trascendencia del lugar y de lo que voy a hacer, porque es algo que se expande como si fuese un piro de postas de cacería. Como decía San Pablo, en mi debilidad está mi fuerza, y ahí la voy a sacar si dios quiere y la Virgen me ilumina.