Juan Ortega se despide con el aplauso a un tosiriano único

El pleno reconoce al artista Ginés Liébana como Hijo Predilecto

21 jun 2017 / 12:10 H.

Poco tuvo que ver la doble sesión plenaria vivida en Torredonjimeno con las habituales, largas y tediosas con interminables puntos administrativos. El Ayuntamiento reconocía a uno de sus hijos más ilustres, el pintor y poeta Ginés Liébana, y despedía a un alcalde “de todos”, “paciente y perseverante”, que da paso a un relevo histórico en el Gobierno local: los socialistas empuñarán, por primera vez, el bastón de mando de la Alcaldía. Cerca de dos horas sumaron la sesión ordinaria y la extraordinaria en la que Juan Ortega renunciaba a su cargo como disponía el acuerdo firmado hace ahora dos años, con el que arrancó una legislatura inusual con diez concejales en el equipo de Gobierno de dos partidos: Izquierda Unida y Partido Socialista Obrero Español. Su candidato, Manuel Anguita, tomará este sábado el relevo en el sillón de la Alcaldía.

Ginés Liébana consiguió, sin ser consciente, como recordó Juan Ortega, poner de acuerdo, por primera vez en la legislatura, a los tres grupos municipales. Los méritos para ser Hijo Predilecto no faltan en la trayectoria y personalidad del polifacético artista y así se aprobó la concesión de este reconocimiento. Torredonjimeno, como le dijo el todavía alcalde, lo lleva siempre “en su mente y su corazón”. Leído el informe de acreditación por el concejal Francisco Ureña, los portavoces de cada grupo tomaron la palabra. Manuel Anguita, del PSOE, resaltó que, cuando ha intentado conocer a Liébana le han impresionado que todo aquel que habla de él lo hace con positividad, entusiasmo y un orgullo enorme porque esta figura sea de Torredonjimeno. Maribel Lozano, la portavoz del PP, rememoró el “privilegio” de poder haber conocido de cerca su “vitalidad envidiable” y su “brillante mente”. Mamen Barranco, de IU, resaltó que este reconocimiento “no viene tarde, sí tardío” al artista de 96 años y es muy merecido por llevar a “Torredonjimeno por bandera”. Con todo el salón de plenos en pie, genio y figura, como siempre, con su inconfundible sentido del humor, Ginés Liébana recibió la Medalla de la Ciudad como Hijo Predilecto y bromeó: “A un paso de la sepultura no hubiera esperado nunca esta distinción”.

Ya con Ginés Liébana camino de su exposición retrospectiva en el Castillo, se cerró la sesión ordinaria con la aprobación de todos los puntos del día, algunos de calado como el acondicionamiento de la planta baja del colegio Martíngordo para la instalación de un comedor de línea fría, que dará servicio a más de treinta niños.

Cerrada la sesión, a las ocho en punto, inmediatamente arrancó la extraordinaria: cuarenta y cinco minutos más de plena emoción en la despedida de Juan Ortega como alcalde. El salón se llenó de tosirianos, familiares del político e invitados, como el delegado de la Junta Juan Eugenio Ortega; la alcaldesa de Torredelcampo, Francisca Medina; el diputado provincial de IU, Miguel Manuel García, y sus compañeros de formación y alcaldes de Lupión y Canena, Gonzalo Manuel Rus y José Carlos Serrano, respectivamente. A todos los allí asistentes los nombró el alcalde saliente, con un hilo de voz lleno de agradecimiento.

Desde el primer minuto, la emoción se coló en las palabras de Ortega y, entre las que más repitió, fue la de gracias. La experiencia de trabajar con este equipo de Gobierno con diez integrantes dijo fue, desde el principio, “excepcional”, “dos años de complicidad “en los que “no tiene duda de su productividad”. De hecho, a lo largo de su intervención, enumeró todos los logros de las diferentes áreas y también las “asignaturas pendientes”. Manuel Anguita y, después, Maribel Lozano, solo tuvieron palabras de reconocimiento. El primero lo definió como un “alcalde en mayúsculas”, al que todavía le quedan dos años más para seguir trabajando en lo que más le gusta, por su pueblo, y la portavoz de la oposición reconoció que ha sido un “alcalde de todos”. Su compañera de partido y segunda teniente de alcalde, Mamen Barranco, recordó que han sido dos años muy intensos en los que se ha cumplido más del 70% del acuerdo de gobierno y destacó su “paciencia y perseverancia” para conseguirlo. Él, aunque intentaba que la emoción no lo traicionará, sin conseguirlo, replicó que los frutos que se recogen es gracias al trabajo en equipo, de todos: “Uno solo no consigue nada”. En el balance más personal, Ortega recordó sus orígenes, a su familia, su camino de trabajo y esfuerzo y defendió que la apatía es el peor enemigo de uno mismo, para terminar con una idea llena de humildad: “Cualquier persona puede hacer lo que yo he hecho, llegar a donde yo he llegado”.