La cultura del agua marca la esencia de Pegalajar

Diario JAÉN comparte su historia en “Nuestra Señora de las Nieves”

14 feb 2018 / 09:17 H.

Pead Ajar” o tierra de viñas fue el primer nombre que recibió el municipio de Pegalajar, que tiene sus orígenes en la época de al-Ándalus. La conquista cristiana se realizó junto a la de Jaén, de la que está separada por poco más de veinte kilómetros, aunque se encuentra ya en la comarca de Sierra Mágina —y, de hecho, una parte de su término municipal se encuentra dentro del Parque Natural—. Fernando III se hizo también con el castillo y anexionó la ciudad a la capital hasta el año 1857, cuando obtuvo jurisdicción propia.

Entre sus monumentos destaca el arco de la Encarnación, un edificio gótico del siglo XV, y la iglesia dedicada a la Santa Cruz, templo renacentista del siglo XVI, en la que sobresale su torre campanario, resto de la antigua fortaleza medieval. Pero, sin duda, su existencia ha girado alrededor de la Fuente de la Reja, que es el origen de La Charca. En un principio fue una presa con un muro de piedra de contención y unas compuertas que regulaban la salida del agua a través de una intrincada red de kilómetros de acequia. Sobre sus orígenes, recoge Juan Antonio López, no se conoce nada seguro, aunque todo apunta a que se remonta a época musulmana. Las informaciones más antiguas se encuentran en la crónica del Condestable Iranzo, en las que se hace referencia a la Fuente Vieja, nombre con el que se conoció la de la Reja hasta el siglo XIX. También en 1465 hay referencias a los molinos de Pegalajar, situados en la Huerta, que utilizaban como fuerza motriz el agua de la Fuente de la Reja.

La desecación del manantial por sobreexplotación del acuífero que lo abastece supuso un duro golpe para la población, que tiene en la Charca una de sus principales señas de identidad, por lo que los trabajos en los últimos años se han centrado en la recuperación del manantial y la puesta en marcha de medidas encaminadas a su puesta en valor como recurso de desarrollo local.

Precisamente, a escasos metros de la Charca se encuentra el colegio de Infantil y Primaria Nuestra Señora de las Nieves. Unas amplias instalaciones, en las que se forman más de 200 alumnos y que cuenta con 17 profesores, que entre otros recursos dispone de comedor, aula matinal y gran cantidad de actividades extraescolares. Entre otros planes y proyectos, tienen en marcha el de Tecnologías de la Información y la Comunicación para, al tratarse de una zona rural, atajar las desigualdades socioculturales con respecto a las ciudades. “Escuela, espacio de paz”, “Somos iguales”, el “Plan de Trabajo de la Biblioteca Escolar” o el “Plan de Autoprotección” son otros de los proyectos que tienen en marcha.

“Para fomentar la escritura trabajamos en unos cuadernos de redacción, con especial hincapié en la expresión escrita o la narración”, explica el profesor de Lengua de Primaria, Gregorio García Cruz. Por ese motivo, consideró muy interesante la visita de Diario JAÉN para la presentación de la XXX edición del Concurso de Redacción Prensa-Escuela “Jóvenes Periodistas”, a través de la que el director del periódico, Juan Espejo, les habló de la historia del rotativo y de su vocación por vertebrar la provincia, entre otras cuestiones.

Un teléfono que en nada se parece a los actuales
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La tecnología es lo que más llama la atención de los niños. De los teléfonos actuales, por ejemplo, no tienen duda; es más, ellos podrían enseñar a los mayores muchas cuestiones relativas a su uso. Pero, por lo general, no han tenido la oportunidad de conocer los primeros. De ahí la sorpresa cuando Juan Espejo les mostró uno utilizado en la Redacción hasta no hace mucho.