La exaltación de la devoción

Numerosos vecinos celebran la devota romería de San Isidro Labrador

13 may 2018 / 11:02 H.

El día amaneció con nubes, entre murmuros de vecinos que miraban al cielo para pedir que el sol hiciera aparición. El reloj marcó las diez y media mientras comenzaban a aglutinarse los villarengos a las puertas de la casa del querido David Valderas, el coprotagonista de esta historia y el hermano más veterano del grupo parroquial. Porque sí, los vecinos veneran y se vuelcan con San Isidro Labrador pero es gracias a la bondad de Valderas que Villadompardo cuenta con una imagen del patrón de los agricultores. Una vez congregados los numerosos vecinos cuya devoción es capaz de atraer los mismísimos rayos de sol, hizo aparición el tractor que portaba el altar donde se colocó la imagen. Solo entonces comenzaron a sonar tímidamente unas melodías de tambores y trompetas, a cargo de los jóvenes talentos del municipio que forman la banda municipal, mientras dos devotos alzaron en sus brazos a San Isidro. Fue en ese momento cuando la puerta de Valderas se convirtió, durante unos segundos, en lugar sagrado para ser testigo de la primera procesión de la nueva imagen de San Isidro, y el resonar de los tambores se dejó escuchar por cada rincón de Villadompardo mientras se colocaba en su improvisado prebisterio. Y sí, es desplazado por el tractor, pero para que se sienta como en casa, que para algo es el patrón de los agricultores.

Una vez colocado, los vecinos se agrupan detrás de la imagen que se estrena, por primera vez, en las calles del municipio. Unos villarengos emocionados, sonrientes, con ganas de venerar a su imagen y muchos de ellos engalanados con sus trajes de flamenca y romeros para disfrutar de su romería a lo grande. San Isidro avanzaba por las calles seguido de una marea de devotos y algunas carrozas para hacer paradas en algunas de las calles donde recibió pétalos de rosas como agradecimiento desde algunos de los balcones, mientras mujeres, hombres y niños se santiguaban y emocionaban por igual, con lágrimas en algunos de los rostros, con el patrón de los trabajadores del campo que se recreaba y dejaba mimar por todo aquel que se decidía a acompañarlo.

Visitadas la gran mayoría de las bellas calles del Villadompardo, fue momento de envalentonarse cuesta arriba para llegar a la ermita donde San Isidro descansará y resguardará a su pueblo y que también se estrenó recientenmente, más concretamente el pasado año pero, antes, los vecinos lo rodearon para recitarle poesías, gritarle lo guapo que es, por qué lo es, y ofrecerle una santa misa amenizada por el coro, compuesto por vecinos del municipio, en una estampa difícil de olvidar por original y entrañable. Antes de finalizar la emocionante jornada, se produjo la bendición de la maquinaria lo que augura una buena temporada con una romería que acabó por la tarde con actividades infantiles.