La Policía controló los pasos del yihadista en Jabalquinto

Mohamed Harrak pasó meses en el municipio con una expareja

23 abr 2016 / 11:37 H.

La detención del presunto yihadista Mohamed Harrak, el martes el Palma de Mallorca, supuso el final de una investigación que se prolongó durante meses y que, en buena medida, se desarrolló en suelo jiennense. A este marroquí de 26 años, que llegó a España de niño, le seguía la pista la Brigada General de Información de la Policía Nacional. Para controlar sus movimientos, hubo agentes que se desplazaban exprofeso desde Madrid y que estuvieron detrás de él en Jabalquinto, apoyados por sus compañeros de la Brigada de Información de la Comisaría Provincial. Allí pasó varios meses, los últimos de relación con su expareja, una vecina de este pueblo de apenas 2.200 habitantes, donde conocen su cara. Sobre todo, después de verlo en las imágenes de los medios con las esposas puestas, rumbo de la cárcel, como sospechoso de planear un atentado en España y captar seguidores para el Daesh, con la intención de combatir en Siria o Irak.

Nunca le perdió la pista la Policía. Una “sombra” sabía siempre con quién iba, a dónde se desplazaba mientras estuvo en la casa de la que fue su familia política en el municipio jiennense y también, con autorización judicial, se le pinchó el teléfono. Según los testimonios recogidos por este periódico, el día de los atentados que perpetraron “lobos solitarios” en nombre del Estado Islámico en París, el pasado 13 de noviembre, se encontraba en Jaén. Con una de sus cuentas de Facebook, en la que se comportaba como una persona normal y corriente, seguía el grupo de Jabalquinto que hay en esta red. Muchos pudieron ver cómo al día siguiente de la masacre en la capital gala cambiaba su foto de perfil por una con el fondo de la bandera tricolor francesa y también compartía una imagen con la frase “No en mi nombre”. Hizo lo que muchos musulmanes en el mundo, desvincularse de la barbarie. Sin embargo, en el auto de la Audiencia Provincial que decreta su ingreso en prisión, se reproduce una transcripción de una conversación de Harrak en la que el 14 de noviembre de 2015, afirma, en alusión a estos crímenes: “Un día excelente, pues hicieron temblar Europa”. El 4 de octubre pasado, según recoge el escrito de la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, alardeó de haber perfeccionado “sus tácticas de guerra” tras haber participado en un campeonato de Europa de “Airsoft”. Este juego consiste en simular enfrentamientos armados, en escenarios que simulan los de combates reales, con armas que son réplicas de las originales y con unos proyectiles que no son de pintura, como los del conocido “Paintball”. Es, según aclaran organizadores de este tipo de actividades de ocio, “ir un paso más allá, mucho más real”. Mientras estuvo en Jabalquinto en los últimos meses de 2015, salió del municipio para poder disfrutar de esta afición, como explicaron a este periódico. Entonces salió de Jaén, ya que en la provincia no se organizan estas partidas.

Coincidiendo con los meses que pasó en suelo jiennense, que coincidieron con la temporada baja del hotel donde tenía trabajo, también mantuvo conversaciones. Captadas los pasados 25 y 26 de diciembre de 2015, con su teléfono realizaba gestiones para intentar ingresar en la Legión Extranjera francesa, tras descartar su entrada en el Ejército español. No pudo hacerlo por sus antecedentes, por una condena impuesta por una agresión contra su hermana, en agosto de 2010.

El excesivo celo religioso está detrás de la ruptura con su pareja jiennense

Los últimos meses de 2015, Mohamed Harrak los pasó con la vecina de Jabalquinto que fue su pareja sentimental, una joven que conoció mientras trabajaba en el sector hostelero de las Islas Baleares. Las personas de su entorno con las que contactó este periódico hablan del exnovio de esta jiennense como una persona reservada, correcta, cariñosa, sobre todo con los niños, muy educada. Nunca ocultó que fuera musulmán y de que seguía los preceptos del Islam, aunque sin que supusiera un inconveniente en su día a día. “Era como el que va a misa, no tenía mayor importancia en el trato”, ejemplifica una jabalquinteña. Sin embargo, algo cambió a finales del pasado año y el exceso de celo religioso comenzó a ser un inconveniente. La jiennense comenzó a hartarse y esto terminó por acabar con el noviazgo, sobre todo, cuando comenzó a tratar de “controlar” a la que fue su compañera sentimental, como apuntan algunos amigos comunes de Palma de Mallorca, trabajadores también en los establecimientos turísticos de las islas. También se apunta a que Mohamed Harrak se llegó a casar con una compatriota marroquí, de la que, incluso, espera un hijo, algo de lo que no tienen ni idea en Jabalquinto.