La sequía de La Bolera alarma a 4.000 agricultores de Pozo Alcón

Los regantes temen por sus cultivos por la escasez de agua en el embalse

11 feb 2017 / 11:25 H.

Todas las miradas están puestas en el cielo. Esperanzados en que la primavera sea lluviosa, porque, de no ser así, sus cultivos peligran. Los cuatro mil agricultores que forman parte de la comunidad de regantes de Pozo Alcón e Hinojares se muestran “preocupados” por la sequía que “azota” al embalse de La Bolera. Sus reservas no alcanzan el 30 por ciento. Hace dos años por estas fechas superaban el 50 por ciento, más de veinte puntos de diferencia.

“Tenemos un verdadero problema”, indica el presidente de la comunidad de regantes, Antonio Rodríguez, quien afirma que la situación que padecen les llevará a tomar medidas en los próximos meses: “La sequía del embalse nos afecta de forma radical. Nos mantenemos con la esperanza de que se produzcan abundantes precipitaciones y que el embalse recupere capacidad, porque, si no, no podremos regar el olivar y afectará directamente a la producción y la calidad de la aceituna”. El poceño hace hincapié en que uno de los problemas que padece el pantano, “es que se filtran las aguas y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ve inviable solventar esta cuestión”. “El embalse de La Bolera pierde más cantidad de agua que consume la zona regable y los abastecimientos. Estas pérdidas afloran, con posterioridad, por los manantiales de Peralta, donde se han contabilizado unos 20 hectómetros cúbicos de pérdidas durante el periodo de campaña de riego”, recalca la comunidad de regantes.

La situación les llevó, hace justo un año, a crear una Mesa Comarcal del Agua del Guadalentín, con el propósito de aunar esfuerzos entre agricultores y autoridades y buscar alternativas para atajar la sequía. Entre las iniciativas que acordaron está la reanudación de un proyecto de elevación de aguas del Guadalentín en el paraje de Peralta que quedó impugnado hace unos años. “Queremos ponerlo en marcha esta primavera, pero tardará varios años hasta que esté en funcionamiento”, subraya el presidente. Actualmente, indica que están a la espera de reunirse con la Confederación. “Hemos solicitado una reunión urgente, aunque aún no hemos obtenido respuesta”, apostilla.

Igualmente, Antonio Rodríguez, que también es técnico del Ayuntamiento de Pozo Alcón, explica que la “sequía” que afecta al pantano de La Bolera también repercutirá en la calidad del agua de abastecimiento para los cinco mil habitantes del municipio. “Si de aquí al verano la escasez persiste, vamos a tener problemas de turbidez en el agua, porque con la falta de agua y la llegada del calor proliferan la aparición de algas en el aguas”, explica Rodríguez.

La comunidad de regantes de Pozo Alcón está compuesta por cuatro mil agricultores de este municipio, también de Hinojares y de Cuevas del Campo. Según indica el presidente, son siete mil las hectáreas de cultivo que se ven perjudicadas directamente por el bajo almacenamiento de agua del embalse de La Bolera. “En definitiva, está afectada la mayoría de las familias que vivimos en esta zona, ya que es el olivar el principal sustento”, concluye.

Por otro lado, y pese a las últimas lluvias, aunque la situación no resulta tan extrema para el resto de embalses de la provincia, la capacidad media se encuentra muy por debajo de hace un año en estas mismas fechas. Se encuentran al 47,19% de su capacidad, casi ocho puntos menos que el año pasado. Según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el pantano de Encinarejo es, que se encuentra en mejor situación, al estar al 86%. En el lado opuesto está el Quibrajano, que apenas supera el 30%, un tanto por ciento poco menor que en el embalse del Giribaile, que se halla, actualmente, a menos del 40% de su capacidad.