La sombra del maquis es alargada

La Junta permite exhumar una fosa común en Marmolejo con fusilados de la posguerra

11 ago 2016 / 12:45 H.

En la madrugada del 8 de enero de 1944, veintiún efectivos de la Guardia Civil de los puestos de Arjona, Arjonilla y Marmolejo dieron muerte a cuatro maquis que se hallaban escondidos en el cortijo de la Loma Candelas, en el término de Marmolejo. También mataron al casero Ramón Lara Gómez, por cobijarlos. Sus cadáveres fueron expuestos públicamente en el patio del Ayuntamiento y, tras ser identificados, se enterraron en una fosa común del cementerio de Marmolejo. Dicha fosa, a iniciativa del PSOE y UGT locales, fue identificada en 1986. Se adecentó, se delimitó con un seto y en ella se colocó una losa, que permanece hoy, en la que se lee: “Aquí yacen Ramón Lara Gómez, Baldomero Arévalo García, Mateo y Manuel Alcalá Cabanillas. Murieron por la libertad. 8-1-1944. Loma Candelas”. Los restos de estos cuatro represaliados van a ser exhumados e identificados. La Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, tras la propuesta del comité técnico que coordina actuaciones para la recuperación de la Memoria Histórica y el reconocimiento de los desaparecidos durante la Guerra Civil y la Posguerra, acordó 37 nuevas acciones en municipios andaluces, tal y como recogía ayer el BOJA. Una de esas intervenciones se hará en el cementerio de Marmolejo, en la fosa denominada “Loma Candelas”.

“El Ayuntamiento le ha cedido a los familiares, gratuitamente, unos nichos en el cementerio para que depositen en ellos los restos una vez sean identificados”, manifiesta Rafael Valdivia, concejal de Cultura y Patrimonio Histórico y secretario de organización del PSOE de Marmolejo.

Comenta que la propuesta que se trasladó la Junta fue aprobada en pleno por todos los grupos políticos. “La iniciativa partió de un descendiente de Mateo Alcalá que vive en Barcelona, luego se sumaron los familiares de los otros represaliados”. Rafael Valdivia precisa que, antes de enterrarlos, a los cadáveres se les practicó la autopsia y se documentó. “Eso facilitó la localización de la fosa común”, apostilla. Uno de los maquis, Juan Cachinero Montoro, era natural de Cardeña y su cadáver fue enterrado en su día, en 1944, en ese municipio cordobés. La Guardia Civil conocía bien el paradero de los maquis. Rodearon el cortijo, lanzaron varias granadas y comenzaron a disparar. Luego utilizaron a la mujer y a los hijos del casero como rehenes para hacerlos salir del cortijo. El efecto fue inmediato. Los cuatro maquis y el casero salieron con las manos en alto. Su suerte está echada y fueron acribillados. Los cadáveres se llevaron en burros a Marmolejo.