“Los vecinos de arriba somos incapaces de gestionar crisis”

El general Ballesteros alerta de la expansión del Daesh en África y más refugiados

23 jul 2016 / 11:48 H.

El director del Instituto Español de Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa, el general Miguel Ángel Ballesteros, logró que los alumnos no pestañearan en los cursos que la UJA y la Fundación Internacional Baltasar Garzón Real organizan en Torres. El experto en geopolítica analizó los orígenes de la crisis mundial de refugiados y, aunque optimista por la reacción final de Occidente, sí advirtió de los riesgos a los que se enfrenta Europa, en parte, por la falta de reacción de los estados del Viejo Continente. “Los vecinos de arriba no somos capaces de gestionar las crisis”, juzgó. Y es que, en su opinión, parte de la solución al sinsentido que es el conflicto sirio, incrementará la inestabilidad en el Sahel, un territorio africano que ocupa Senegal, el sur de Mauritania, Malí, parte de Argelia, Níger, Chad, zonas de Sudán y Eritrea. Ello, a su vez, implicará una nueva ruta de refugiados hacia el Norte, en busca de asilo europeo, y, posiblemente, un aumento del terrorismo yihadista en esta parte del planeta, con las implicaciones que ello conllevaría para España y el resto de la UE.

¿Por qué? Para entender esta visión del Instituto Español de Estudios Estratégicos hay que mirar a Siria y a los factores que están detrás de la cruenta guerra civil del país y el éxodo de su población, con casi 5 millones de refugiados. Por un lado, las “primaveras árabes” espolearon a la amplia mayoría sunita del país a levantarse, con la formación de un ejército y un gobierno en el exilio, contra Bachar al-Asad, un líder “quasilaico”, en palabras del general, que se apoya en los chiítas y los cristianos, que son minoría. En este país también entra en escena el Daesh, una escisión de Al Qaeda, dirigido por un autoproclamado califa, que fue expulsado de la última de las organizaciones terroristas por su poco respeto a la jerarquía.

El Daesh integra en sus filas a antiguos militares iraquíes, sin motivaciones religiosas como los yihadistas, pero que se le unen al perder su medio de vida en su país, tras desmontarse todas las estructuras del ejército y estatales, tras el derrocamiento de Sadam Husein por EE UU y sus aliados, entre ellos España. Estos, con su entrenamiento de guerra, contribuyen a la toma de territorios y contribuyen a que el Estado Islámico domine el 40% de Irak y la mitad de Siria. “Se unió el agua y el aceite, pero funcionó”, aseguró el militar que juzgó como “tremendo error” la intervención en Irak. Pero, cuando Rusia entró en el conflicto, en palabras del general, “el Daesh comenzó a perder”. Estos se implican para defender su base naval en suelo sirio, amenazada por los avances del “califato” y son efectivos, apunta Ballesteros, porque trabajan de forma coordinada con las tropas de Bachar al-Asad, y, a diferencia de Estados Unidos, que también combate a los terroristas, “la opinión pública rusa no genera tantos problemas con los posibles daños colaterales que sufra la población civil”. De ahí que el director del Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa pronostique que, finalmente, el Daesh será expulsado de Irak y Siria y se expandirá en el Sahel, un territorio que es terreno abonado para ellos, por la inestabilidad de estos gobiernos, como ocurre en Siria. El general, ante este escenario, considera indispensable que Europa, directamente amenazada, trabaje ya para dotar, a estados como Malí, de suficientes recursos para el desarrollo de su población y garantizar así la integridad de su territorio.

Varias visiones para un mismo problema en el Viejo Continente