Majestuoso encuentro con la Virgen de Tíscar

y significativas de la provincia y que reúne a miles de fieles y peregrinos que muestran su devoción

04 sep 2017 / 11:51 H.

La romería en honor a Nuestra Señora de Tíscar, patrona de Quesada, llegó a su punto más álgido ayer con la procesión de la imagen por los bellos parajes que rodean el santuario serrano. El día más importante para los quesadeños llegó, y con él una gran cantidad de sentimientos, emociones y celebraciones que hicieron de las fiestas dedicadas a la Virgen unos días inolvidables.

Las fiestas comenzaron el viernes con una misa y con la tradicional bendición a los niños nacidos en el último año, que pasaron por debajo del manto de la Virgen, con el único objetivo de que ella los proteja a lo largo de sus vidas. El sábado se celebró otra eucaristía y se llevó a cabo la ofrenda floral. Minutos más tarde, la imagen procesionó junto con sus devotos en el tradicional rosario nocturno, una cita legendaria donde la única iluminación existente fue la de las velas llevadas por los fieles, que también demostraron su amor hacia la patrona y adelantaron el deseo que tenían de que llegase el día marcado por muchos de ellos en el calendario.

El domingo, un poco más tarde de la hora acordada para la salida de la procesión —la una y media—, las campanas del santuario comenzaron a repicar con fuerza, indicando a todos los que estaban esperando en las inmediaciones del santuario que era el momento que tanto habían estado esperando. Su patrona por fin salía a la calle.

La devoción, ilusión y una gran cantidad de sentimientos se reflejaron en los rostros de las más de siete mil personas que se desplazaron hasta la ermita para acompañar a la Virgen y disfrutar de un día de celebración y unión. De hecho, una gran aglomeración se congregó frente a la iglesia para aplaudir, piropear y halagar a la patrona de Quesada cuando salió por la puerta de su santuario.

Abuelos, padres, niños, familias al completo, hermanos, amigos... Personas de todas las edades que no quiso perderse un día tan especial y emotivo y que estaban unidos por un mismo sentimiento: el de la admiración.

No sólo vecinos de Quesada de acercaron hasta uno de los centros más reconocidos de devoción mariana de la comarca, sino también de los diferentes municipios de la provincia, de Andalucía, e incluso de otras partes de España, como de Alicante, desde donde, precisamente, la cofradía de Villajoyosa ofreció una de las misas previas a la procesión. Este año, Nuestra Señora de Tíscar Coronada estaba de estreno. Un gran manto de color rojo oscuro y decorado con detalles bordados en oro, la cubrió y adornó en ese día tan especial. La prenda, elaborada completamente de terciopelo y algodón, es única y extraordinaria, no solo por la belleza y elegancia que transmite, sino por su proceso de confección. Su diseñadora y encargada de su realización, Paqui Vargas, explicó que había utilizado un tipo de bordado que no se había usado hasta el momento y que consistía en la fusión entre la máquina de pedal artesanal y el relieve del manto bordado a mano. Una obra maestra que tardó dos años y medio en hacer y que quiere que sea un homenaje para su hermano fallecido, gran devoto de la Virgen de Tíscar y cuyo nombre era Rafael. Para el año que viene, se espera que pueda salir con el trono de madera que están restaurando.

La procesión, que bajó desde la ermita hasta la antigua carretera de Pozo Alcón y volvió a subir por el lado contrario, duró alrededor de una hora y media. Un momento especialmente emotivo fue cuando la imagen salió del túnel de piedra, situado en la misma carretera. Durante el recorrido, tanto los fieles como la patrona, estuvieron acompañados por la banda de música del municipio.

El párroco, Bartolomé Pérez, el hermano mayor de la cofradía, Antonio Navarrete, el alcalde de Quesada, Manuel Vallejo Laso, junto con hermanos mayores y algunos directivos, fueron algunos de los que acompañaron a la imagen en la procesión. A pesar de que el calor se hizo notar, algunas mujeres incluso llevaron paraguas para cubrirse de él, el suave viento ayudó a que este fuese mucho más llevadero y es que, ayer, las temperaturas quedaron en un segundo lugar, para dejar como principal protagonista a la Virgen de Tíscar, en un ambiente de festividad, devoción y alegría que inundó toda la comarca del Alto Guadalquivir.