Malestar en Marmolejo por el derribo de su estación de tren
El Ayuntamiento abrirá un expediente por la falta de permiso de obra
Fue uno de los testigos, y hoy era legado, de aquella época de esplendor que el Balneario llevó hace un siglo y medio a Marmolejo. Muy pocos pueblos pequeños, dice hoy el alcalde, Manuel Lozano, tuvieron una estación de tren en pleno siglo XIX y, aunque esta llevaba sin funcionar desde 1979, era un importante patrimonio para los marmolejeños.
Así, la palabra malestar es la primera que sale de la boca del responsable municipal ante el derribo, durante la jornada del jueves, del edificio de la antigua estación por parte de Adif. “Se ha hecho sin comunicación ni permiso del Ayuntamiento”, resume. Con un agravante, este edificio se había incluido en el Catálogo de Patrimonio Local, en el que se trabaja para su aprobación definitiva. El propio Ayuntamiento recogió, en sus redes sociales, la “sorpresa” por esta decisión y acción: “En estos momentos nos ha llegado la noticia de la demolición de la antigua estación de trenes de Marmolejo. Queremos expresar nuestro total desacuerdo con esta acción que por otra parte no ha sido informada ni requerida la necesaria autorización municipal en el Ayuntamiento, por lo que se tomarán las preceptivas medidas sobre los responsables de acuerdo a la normativa vigente”. Fueron numerosos los mensajes de malestar y desaprobación lanzados en las respuestas ala comunicación.
El alcalde defiende que, al menos, Adif debería haber comunicado al Ayuntamiento que el edificio se encontraba en malas condiciones y su intención de derribarlo. “De todos modos, para declararlo en un ruina, se tendría que haber hecho un informe técnico que contara con los técnicos municipales”, plantea. “Si se hubiera comunicado la situación, podríamos haber hablado y tomado medidas para impedirlo”, añade. Y así, como ya todo es pasado, porque el edificio es ya escombro, ¿qué puede hacer el Ayuntamiento ahora? “Como poco, la apertura de un expediente administrativo por realizar obras sin permiso”, apunta Manuel Lozano.
La indignación no es solo municipal, los vecinos también se muestran dolidos por la pérdida. A juicio del alcalde, la sensibilización por la conservación del patrimonio es creciente en los últimos años. “Llevamos un tiempo trabajando en la conservación del patrimonio, con muy buenos resultados, como en la negociación de la compra del Castillo de la Aragonesa o la recuperación del Balneario y la estación de trenes estaba dentro de este camino”, asegura.