Impulso comercial en el casco histórico marteño
El mercadillo de segunda mano atrajo en su estreno, en la Plaza de la Constitución, a varias decenas de vecinos
La Plaza de la Constitución de Martos se convirtió en el escenario de la puesta de largo del primer mercadillo navideño de segunda mano en la ciudad tuccitana. Impulsada por la Concejalía de Planificación Estratégica, Turismo y Comercio del Ayuntamiento marteño, que ha contado con la colaboración de la Asociación Rastros del Sur, la iniciativa, que llega después de ser aprobada hace algunos meses la ordenanza municipal que permite la instalación de esta clase de puestos, logró congregar a decenas de vecinos, tanto de Martos como de otras partes de la provincia, en uno de los principales puntos estratégicos del conjunto histórico de la ciudad tuccitana. El objetivo perseguido fue dinamizar la actividad comercial en la zona, y para que el impacto de esta primera experiencia no se evapore, se dará continuidad a la propuesta con el regreso del mercadillo al casco histórico el tercer domingo de cada mes.
Dieciséis puestos que ofrecieron artículos de variada clase ocuparon la explanada de la Plaza de la Constitución. En ellos, los usuarios encontraron, por lo general, y a precio de ganga, antigüedades en madera, cerámica y otros materiales, artículos de artesanía, libros, revistas, juegos de mesa, herramientas y réplicas de monedas, entre otros productos ofrecidos. A la actividad desarrollada en la plaza se sumó la apertura, con carácter excepcional, del Mercado Municipal de Abastos de Santa Marta, situado a escasos metros de la misma y cuyo parking pudo usarse de manera gratuita hasta las cinco y media de la tarde. A lo largo de la mañana del domingo, varios de los mercaderes marteños ofrecieron degustaciones gratuitas de sus productos y a estos se unieron responsables de otros comercios y colectivos de la ciudad, como la pastelería Príncipe, la panadería Virgen del Carmen, la Asociación de Vecinos Santa Marta-La Plaza y la Asociación Afa Vive. Desde las mismas se aportó un pequeño granito de arena para que la zona se convirtiera en el centro de la actividad comercial marteña.