La Cruz del Lloro vive su festividad de la Candelaria

El encendido de las típicas lumbres precede a la jornada de convivencia con elevada participación ciudadana

05 feb 2017 / 10:54 H.

Fieles a la tradición y con la situación meteorológica a favor, los vecinos del popular barrio de la Cruz del Lloro celebraron la festividad de la Candelaria. Desde las ocho de la tarde, con el encendido de las lumbres, empezó la programación de la jornada de convivencia, que implicó a más de un centenar de marteños.

Como de una labor bien aprendida por el paso de los años, poco antes de las ocho de la tarde un grupo de personas esperaba que se procediera al corte al tráfico de la Avenida de los Olivares, para sacar a la vía pública los contenedores de acero que sirvieron para el encendido de las tradicionales lumbres en las proximidades del monumento que da nombre al barrio. Desde ese momento, tanto de vehículos particulares como cocheras próximas a la Cruz del Lloro los residentes se afanaron en sacar la leña, las mesas plegables y las neveras portátiles con las viandas y bebidas que, más tarde, se distribuirían entre todos los que se acercaran a compartir con ellos la jornada de celebración.

Como es habitual, los hombres fueron los responsables de prender las dos grandes lumbres y de disponer los calderos con agua y vino en los que se cocerían los chorizos, mientras las mujeres, con un proverbial orden encadenado, se encargaban de cortar los bollos de pan que, junto con el chorizo cocido, constituyeron la cena típica y reconstituyente de la festividad.

Conforme se adentraba la noche —atraídos por el ambiente de convivencia y el olor de los chorizos guisados—, cientos de vecinos comenzaron a congregarse en las inmediaciones para disfrutar de una animada conversación al calor de las hogueras y de la amistad, en la desapacible velada de principios del mes de febrero.