Un vendaval “embiste” la ciudad

La Policía Local atendió más de 30 avisos a causa de los fuertes vientos

16 mar 2017 / 17:32 H.

Fuertes rachas de viento que llegaron a alcanzar los 132 kilómetros por hora provocaron la madrugada del miércoles, daños en el mobiliario urbano, vehículos, inmuebles y en los parques y jardines de la ciudad, sin que afortunadamente haya que lamentar daños personales. Por su aparatosidad, destaca el desprendimiento de la verja de un ático en la Avenida de los Aceituneros, que cayó sobre la vía pública aplastando un vehículo que se encontraba estacionado. Según fuentes municipales, la Policía Local atendió una treintena de avisos de los vecinos motivados por la caída de cables eléctricos, el vuelo de toldos, el arrastre de contenedores que originó daños en vehículos, desprendimientos de cornisas en edificios y vuelo de carpas de cafeterías, así como de la caída de ramas y el arranque de veinte árboles en el Parque Municipal Manuel Carrasco, entre ellos, tres ejemplares de álamos blancos con medio siglo de historia y que literalmente fueron arrancados de cuajo por la fuerza del viento.

En torno a la una de la madrugada, los vecinos alertaron a los servicios de emergencia del 112 por el desprendimiento de una gran verja de hierro, de aproximadamente cinco metros de longitud, en el ático de un inmueble particular en el número 3 de la Avenida de los Aceituneros, que arrastró en su caída parte de una pérgola que se encontraba sujeta a la misma, y que en su colisión provocaron daños en los vehículos que se encontraban estacionados. La peor parte se la llevó una furgoneta de pequeño tamaño que sufrió el aplastamiento por la estructura de la verja. La aparatosidad del incidente hizo que una dotación de bomberos de Jaén se desplazara hasta el lugar para asegurar la estructura.

Los fuertes vientos, que según Meteoclimatic alcanzaron rachas de 132 kilómetros por hora, provocaron, además, el desprendimiento de cubiertas de edificios, y la cubierta de la terraza de un bar. Vecinos de la plaza de Los Marteños en la Distancia fueron testigos de cómo el viento arrancó de cuajo tres imponentes ejemplares de álamo blanco, llevándose por delante una farola de alumbrado público. Otros grandes ejemplares de pino también sufrieron los embites del viento y a punto estuvo uno de ellos de caer sobre el carro floral del parque. En el entorno del parque infantil en el Parque Manuel Carrasco, la fuerza del aire también arrancó ejemplares de pruno. Según vecinos de la zona “fue una suerte que el vendaval se produjera de madrugada, lo que evitó daños personales”.