Vítores a la Virgen de Fátima

El corazón de los casilleros vive con gran fervor uno de sus días más grandes

04 jun 2018 / 08:54 H.

Día grande como el sol”. De esta forma definió Manuel Jesús Ceacero, párroco de Las Casillas, una jornada repleta de devoción que aunó los sentimientos, por un lado, hacia la Virgen de Fátima y, por otro, por el día del Corpus Christi. Así, esta pedanía de Martos hizo suya ambas celebraciones, por lo que la fe que se respiraba en las calles de Las Casillas valía por dos, como la bondad de sus vecinos, que acompañaron a las imágenes a lo largo del desfile.

Cuando las agujas del reloj apuntaron las nueve de la noche, las puertas de la Iglesia de San José de Las Casillas se abrieron de par en par. Con el repique de las campanas, todo el pueblo quedó avisado, si es que aún había alguien que no lo sabía, de que la procesión de la Virgen de Fátima estaba a punto de comenzar para, con gran emoción, poner fin a dos días de celebración en el pueblo.

Vecinos y visitantes vivieron en Las Casillas una cita que no tiene parangón. La solemnidad del desfile fue característica muy importante, ya que, sin bandas de música, el silencio solo se rompió por los cánticos de los fieles que, guiados por Ceacero, proyectaron sus voces hacia la Virgen de Fátima y el Santísimo Sacramento, cuyas imágenes no dejaron rincón de Las Casillas sin visitar. De esta forma, los acompañantes de la procesión iluminaron cada calle del pueblo con su gran emoción.

Como no podía ser de otra manera, la festividad del Corpus Christi estuvo más que presente. Así, en cada uno de los altares que prepararon los vecinos, el desfile procesional hizo un alto en el camino, en el que el cura rezó, junto a los fieles, sendas oraciones dedicadas al Señor y a su madre, la Virgen de Fátima.

“Los vecinos se vuelcan con esta fiesta”, aseguró la presidenta de la pedanía, que, junto a los demás casilleros, formó parte de un cortejo que discurrió por las calles de Las Casillas, desde la Iglesia de San José y pasando por zonas tan emblemáticas como la Plaza de la Constitución. El dicho popular dice que para muestra un botón, pero es lo que no hizo falta para comprobar, de buena tinta, que el sentimiento devoto de los casilleros es único. Una petalada dibujó un gran abanico de colores en el cielo que, coronado por un inmenso sol, fue testigo de la devoción por el Santísimo Sacramento y, por supuesto, por la Virgen de Fátima.

En definitiva, se trató de un fin de semana en el que la fe y la celebración entuvieron muy en sintonía. Destaca, sobre todas las actividades, el encuentro de “casilleros por el mundo”, que reúne a familiares y amigos que, por diferentes causas, tienen su vida fuera de los límites de Las Casillas. En este sentido, son unos días en los que la fe por la Virgen de Fátima y la alegría por los reencuentros, casan para hacer de este pueblo un mágico escenario para el goce religioso.

Manuel Jesús Ceacero puso en valor la participación vecinal, así como la fe que demuestran los casilleros. De esta manera, sus palabras llenaron los muros de la parroquia de agradecimiento y buenos deseos hacia todos los presentes durante la eucaristía.

Diario JAÉN, en su arraigado compromiso con la tradición de la provincia, estuvo presente en los días grandes de la Virgen de Fátima. Por este motivo, muchos casilleros consiguieron, con su ejemplar del periódico líder en Jaén, una camiseta exclusiva de las fiestas en honor de la Virgen de Fátima. Un enser que, a buen seguro, cuidarán como oro en paño.