Miles de personas “estafadas” por un ex de Gran Hermano

Uno de los colaboradores del programa “Sálvame”, dedicado al llamado famoseo, vinculó a un vecino de Rus, Miguel Ángel Pulpillo, conocido por su participación en el programa de telerrealidad “Gran Hermano”, con una estafa. Esta información, posteriormente, fue confirmada por el Instituto Armado. Y no es que Pulpillo tenga algo que ver con esta trama; es que, supuestamente, es el cerebro de un engaño mediante contratos fraudulentos que afecta, según un comunicado oficial de la Comandancia de Jaén, “a miles de personas en las provincias de Jaén, Almería y Huelva”. La operación de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaén se llama “Krake”. Curiosamente, así se traduce pulpo al alemán y, casualmente, Miguel Ángel Pulpillo Herrero nació en suelo germano, en el municipio de Plettenbes, adonde emigró su padre. Luego, la familia regresó a Rus, donde tiene raíces. Basta con consultar un par de páginas de internet para comprobarlo y descubrir así uno de los motivos que llevaron a la Benemérita a bautizar así esta investigación.

¿En qué consisten los hechos que se le imputan al ruseño, famoso ya por partida doble, tras su detención? Los guardias civiles encargados del caso le creen responsable de dirigir una organización que captaba a comerciales que trabaja en distintos municipios para captar clientes de telefonía. Se les ofrecía la posibilidad de reducir su factura de móvil y obtener terminales a buen precio. Para tramitar el contrato, los falsos vendedores tenían que conseguir sus datos personales, facturas y números de cuenta. Una vez dado este paso, otros miembros de la red, trabajadores de compañías que operan en el mercado, simulaban que eran clientes que querían darse de baja; entonces, para evitar su marcha, les ofrecían descuentos y teléfonos. Los celulares nunca llegaban a los usuarios, sino que, supuestamente, iban a parar a la tienda del exconcursante de Gran Hermano, en Rus, para su venta. Para ello, empleaba dos páginas web y anuncios en la red. Esta estrategia se repitió en más de una ocasión con el mismo cliente, tal y como sostiene la Benemérita. En este entramado participaban, además del ruseño, 16 personas. Todas están detenidas, con los cargos de asociación ilícita, estafa, falsedad documental, usurpación de estado civil y blanqueo de dinero. Pulpillo está en prisión preventiva, según las fuentes consultadas por este periódico, desde el pasado 7 de junio, cuando guardias civiles acudieron a su vivienda para practicar un registro domiciliario.

El juzgado de Úbeda que instruye las diligencias por este mediático caso también autorizó entradas domiciliarias en Úbeda, Roquetas de Mar, provincia de Almería, y el municipio onubense de Jabugo. En total, media docena de registros en los que se decomisaron teléfonos móviles valorados en 70.000 euros; 890 tarjetas para estos aparatos, seis ordenadores, dos discos duros y dinero en metálico. Las víctimas de este engaño, como explica la Benemérita, descubrían que les habían timado cuando tenían que hacer uso de la garantía o acudían a un punto de venta autorizado para realizar alguna gestión sobre su línea. En ese momento, el distribuidor oficial le ponía pegas y así comenzaban a sospechar. Los clientes que se habían beneficiado de una supuesta ganga desconocían que los terminales que usaban, para tratar de fidelizarlos o como premio a su fidelidad, tienen que ser abonados, aunque la compañía facilita el pago o subvenciona parte del coste.