Muere “mamá” quebrantahuesos

Corba, la hembra de quebrantahuesos más veterana del centro de cría de Guadalentín, en Cazorla, que la Fundación Gypaetus gestiona en el marco del programa de reproducción y cría de la especie, falleció el lunes tras una trayectoria vital de al menos 45 años. Tiempo en el que consiguió criar a cerca de medio centenar de pollos junto a Cabús, lo que la hace una de las parejas que más éxitos y alegrías han dado a este proyecto de reintroducción.

Fuentes de la fundación confirmaron a Europa Press que la muerte, que deja un “gran vacío” en el centro —al que llegó en 2002 procedente del Tierpark de Berlín— tras la “profunda huella” que ha supuesto su paso, implica la pérdida de la hembra “de edad más avanzada y más diestra en la cría”, pues desde la llegada a Guadalentín se emparejó con Cabús, el macho con el que ha compartido hasta su último momento.

De este modo, este lunes, “un día muy triste” en el centro, Corba murió a las 10:40 horas. La razón de su muerte tendrá que ser desvelada por la necropsia del Centro de Análisis y Diagnóstico de fauna silvestre en Málaga.

Se cree que Corba nació en 1974, por lo que tenía un mínimo de casi 45 años. Desde 1975, estuvo alojada en el Tierpark de Berlín hasta que, en 2002, fue trasladada al centro de cría de quebrantahuesos de Cazorla. Comenzó su vida reproductora en Berlín, donde puso su primer huevo en 1991; el último lo puso el año pasado en Guadalentín. En total, fueron 41 huevos puestos, 17 hijos biológicos y 32 pollos que fueron adoptados y criados por ella, junto a “Cabús”, en adopciones simples, dobles e incluso triples. Como recogía un artículo publicado en Diario JAÉN en 2003, la segunda pareja en incorporarse al centro de cría fueron Cabús y Corba, “pareja formada por un macho procedente del Pirineo, al que se encontró con una vieja fractura abierta en la mandíbula derecha, y una hembra del Zoo Tierpark de Berlín”. “Ambos son los padres del segundo pollo nacido en cautividad en el centro de Jaén. Por otro lado está Marrac, el pájaro de origen pirenaico recibido después de su nacimiento, que fue adoptado por Cabús y Corba”, explicaba.

El Centro de Cría del Quebrantahuesos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta nació en el año 1996 con el objetivo de reproducir esta especie en cautividad y formar un “stock” genético que asegure la supervivencia de las poblaciones europeas de quebrantahuesos y el éxito del Programa Andaluz de Reintroducción.