Prisión para el begijeño que se atrincheró en su vivienda

Instituciones Penitenciarias decidirá si es traslado a un psiquiátrico

26 jul 2016 / 13:15 H.

Guardaba en su casa un rifle del calibre 22 y dos escopetas de caza, manipuladas “con gran conocimiento”, además de dos pistolas detonadoras, es decir, de fogueo, aunque hay dudas de si podían disparar realmente. Además, en la vivienda de Esteban N. M. había “muchísima munición”. Es el vecino de Begíjar, de 50 años, que se atrincheró en su vivienda durante horas, después de agredir a su mujer y a su hermano y de poner en jaque a todo el pueblo, hasta el punto de que se suspendieron momentáneamente las fiestas, por orden de la Guardia Civil. La Unidad de Operaciones Especiales del Cuerpo se desplazó, expresamente desde Madrid, para hacerse cargo de la situación. Ellos fueron los que finalmente lograron que se entregara. En un primer momento, el begijeño fue traslado, con un brote psicótico, al Hospital San Juan de la Cruz, de Úbeda. Sin embargo, ayer, ingresó en prisión.

El caso está en manos del Juzgado de Úbeda, pero fue la titular del número 3 de los juzgados ubetenses la que, tras tomar declaración al vecino de Begíjar, en sustitución de la magistrada baezana que está de vacaciones, ordenó su traslado a la cárcel. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía precisan que será Instituciones Penitenciarias la que decida, conforme a los criterios médicos, si continúa entre rejas o se le deriva a una unidad de salud mental. A este antiguo legionario, actualmente agricultor, se le imputan los delitos de tenencia ilícita y depósito de armas; atentado contra la autoridad, daños y violencia machista. “Fuera de sí” golpeó a su esposa y a su propio hermano, mayor que él, que acudió llamado por su cuñada, para intentar tranquilizar a Esteban N. M.

“marihuano”. No es que entre los vecinos de Begíjar Esteban N. M. no fuera conocido hasta el domingo. Al contrario, era sabido por todos su afición por las armas e ideas que algunas vez había propuesto, como la de “cultivar marihuana para ganar dinero”; de ahí le viene el mote. Pero más allá de, como defienden sus vecinos, “esas tonterías”, a las que nadie veía maldad, la vida de Esteban N. M. no se había salido nunca del tiesto en el tranquilo pueblo donde reside, con apenas tres mil habitantes.

El episodio que protagonizó el domingo fue inesperado para todos y, durante horas, en una comunidad entre aterrorizada y expectante, se temió lo peor, sobre todo, cuando su hijo mayor avisó de que quizás tenía explosivos en su casa de la calle Pérez Galdós. “Esteban pudo haber disparado a alguien en los primeros momentos y, si hubiera cometido algún disparate, perfectamente podía haber sido abatido por las unidades especiales que se hicieron cargo de la situación. Por suerte no hay que lamentar una desgracia”, reflexiona el alcalde, Andrés Gárate, amigo personal de la familia de Esteban N. M. Por ello, convencido de que lo ocurrido es la aguda manifestación de un problema mental, confía en que este vecino reciba tratamiento y, cuanto antes, pueda llevar una vida normal.

Fiesta en un pueblo que no sale de su asombro
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La festividad de Santiago es un día grande en Begíjar, es una jornada festiva que llega en plena feria. Ayer, tras el increíble suceso del domingo, los vecinos disfrutaron de todas las actividades previstas con normalidad. El día anterior fue distinto, al recibir con incredulidad, la orden de la Guardia Civil de que se suspendía la programación y se les instaba, incluso, a no salir de sus domicilios.